Melissa Dekker…
Me callo para no caer en llanto. Creo que lo que menos necesita es una más que llore al pie de su cama. Infinidad de suspiros se me escapan antes de poder tranquilizarme de nuevo. Tengo tantas ideas en la cabeza y ninguna puedo hilar correctamente. Siento nostalgia, tan solo unos años atrás tuvimos que despedirnos de ella, al pie de un frío pedazo de mármol. Tan simpática que fue en todo momento. Siempre quiso ayudar a Mariella, sinceramente creo que ella influyó bastante en sus últimos días ¿Qué sería de este par si no hubieran unido sus vidas?
Harta de pensar y no llegar a ningún lado, con bastante serenidad me atrevo a tomarlo de la mano, que reposa tranquila a un costado suyo.
Por largo tiempo me quedo mirándolo en un silencio sepulcral y amargo de sobrellevar. Pienso en todo lo que debo decirle, la forma en cómo hacerlo. Tantos años de mi vida viviendo bajo la sombra del rencor. No fue justo ni para ella ni para mí...
- ¡Vamos Georg! ¡Vamos cariño no me falles! ¡No le falles! Ella te ama, tú la amas, ¡Se aman! – suspiro lentamente y con mucha calma – No sabía exactamente a qué venía a enfrentarme al venir aquí, en el preciso momento en que vi a Amélie supe que me necesitaban ¿Qué te puedo decir Georg? ¿Qué te puedo decir que no te hayan dicho todos los que aquí entran? Verlos como salen en medio de terribles caras de desolación y llantos descontrolados... ¿Crees qué es demasiado tarde? ¿Crees qué el tiempo ya nos alcanzó? Quisiera hacerles muchas promesas pero soy tan cobarde que no puedo expresarlas en voz alta. Ni siquiera he podido entrar a verla; espero me comprendas, sólo quiero que se levanten y vuelvan a la vida. Tienen muchos sueños aún por cumplir. Debes cumplirme aquel sueño del que tanto hablabas ¿Recuerdas? El de aquella niña de cabellos rubios, de ojos claros como los tuyos. Estoy segura que a Mariella le gustaría tener a una pequeña tan igual a ti – por inercia recorro su rostro con mi mano – ¡Vamos hazlo Georg! Mariella, tus padres, tus sobrinas, la banda, tus amigos. Todos nosotros te necesitamos...
Me callo para no caer en llanto. Creo que lo que menos necesita es una más que llore al pie de su cama. Infinidad de suspiros se me escapan antes de poder tranquilizarme de nuevo. Tengo tantas ideas en la cabeza y ninguna puedo hilar correctamente. Siento nostalgia, tan solo unos años atrás tuvimos que despedirnos de ella, al pie de un frío pedazo de mármol. Tan simpática que fue en todo momento. Siempre quiso ayudar a Mariella, sinceramente creo que ella influyó bastante en sus últimos días ¿Qué sería de este par si no hubieran unido sus vidas?
Harta de pensar y no llegar a ningún lado, con bastante serenidad me atrevo a tomarlo de la mano, que reposa tranquila a un costado suyo.
- ¿Sabes quién ha venido? – le pregunto a pesar de que no abrirá sus ojos – yo no quería, pero es tan obstinada, es tan aguerrida que difícilmente uno puede decirle que no a algo, bien la conoces. Te aseguro que con lo escurridiza que es, seguro ya está en la habitación de Mariella. No sé como estoy permitiendo esto, aún es una niña. Los extraña tanto, todo el tiempo habla de sus tíos favoritos. Recuerdas cuando casi te pica un ojo el día que la conociste. El día que prácticamente nos conocimos. ¡Vamos Georg! Todo lo que pasamos juntos a espaldas de Mariella. No te puedes dar por vencido así, tan fácilmente...
Por largo tiempo me quedo mirándolo en un silencio sepulcral y amargo de sobrellevar. Pienso en todo lo que debo decirle, la forma en cómo hacerlo. Tantos años de mi vida viviendo bajo la sombra del rencor. No fue justo ni para ella ni para mí...
Tabatha Dekker...
Sé que la relación entre ambas es difícil, aunque soy aún muy joven me da tanta pena que se lleven de esa manera. Toda la familia vive en contra de aquello pero al parecer mi mami ha entendido que esto no puede seguir así y es una lástima que sea del modo más cruel. Me bajo de la cama con un saltito, el ruido de mis zapatos al contacto con el piso hace eco, como de película de miedo. Sigo dándole la espalda, la verdad es que me da terror imaginar que ella no está nada bien.
No sé qué pasó. Seguro fueron mis nervios. Me está dando un miedo terrible, el corazón me late como loco; mi Tía, Malle... quise gritar pero del susto no salió absolutamente nada. Me giré lentamente, después de casi una hora de estar ahí, el mismo miedo provocó que me entrara valor para girar y verla, creo que era más el pánico de sentir su mano que sostenía la mía con cierta fuerza.
Con lo que me encontré fue más de lo que seguramente he podido soportar en toda mi vida, sentía como cada parte de mi cuerpo temblaba. Ella tenía los ojos muy abiertos, su mirada era suplicante y se clavaba con fuerza en la mía. Creo que de reflejo quise moverme y al percatarse de aquello ella sostuvo mi mano con un poco más de fuerza.
No me rehusé en ese instante... ¿Cómo les iba a explicar que mi tía abrió sus ojos y me tomó de la mano? Nadie me iba a creer aquello...
- ¡Hola! – miro al piso desde hace un largo tiempo – espero no te moleste que me haya sentado en tu cama. Te puedo decir que es muy alta y los pies me cuelgan – no me atrevo a hablar mucho puede que alguien me escuche. Miro el gran florero al fondo de la habitación que contrasta con el resto – huele a flores... cuando entré fue lo primero que miré. Voy a dejar que adivines quién las trajo – después de escuchar mi propia proposición el chillido de un extraño aparato suena. No me queda otra que torcer la boca – te voy a confesar algo – miro de nuevo al piso y suspiro. Es como si tuviera que confesarle a la Abuela Olga alguna travesura – ¡Ya los sabia! – estoy a nada de dejar de darle la espalda pero no me atrevo – Sé que es pésimo y de mal gusto lo que hice pero nadie me quería decir nada, tuve que levantar el auricular cuando la Abuela Sophia le hablo a Lielie. No entendí lo que se dijeron y corrí a la Internet a indagar qué era eso de un coma, también leí la libreta que está a la entrada, tu expediente. Saliste de un coma tipo tres. Hasta eso leí en Internet. Lo que no entiendo es porque caíste de nuevo si no paso ni una hora de que despertaste tía. Antes de entrar escuche a la Tía Penny decirle a la Abuela Sophia que estás en un coma tipo uno provocado por el shock y significa que si te pellizco te dolerá y también sé que me escuchas tía, controlas todas tus funciones... ¡Vamos tía! Despierta, por favor, mami está muy preocupada...
Sé que la relación entre ambas es difícil, aunque soy aún muy joven me da tanta pena que se lleven de esa manera. Toda la familia vive en contra de aquello pero al parecer mi mami ha entendido que esto no puede seguir así y es una lástima que sea del modo más cruel. Me bajo de la cama con un saltito, el ruido de mis zapatos al contacto con el piso hace eco, como de película de miedo. Sigo dándole la espalda, la verdad es que me da terror imaginar que ella no está nada bien.
- Bueno, tía el tiempo está por terminarse, no creo que tarden en venir a sacarme de aquí. Leí en tu expediente que una de tus revisiones es a las seis en punto – busco su mano por detrás de mío y la entrelazo suavemente, está algo fría, supongo es normal – ¿Ya sabes quién trajo las flores? Son muchas y de varios colores justo como a ti te gustan... ¿No...? Ok quién las trajo fue Tom, son muy bonitas. En fin tía, debo irme, no quiero meterme en problemas, mamá aún ha de seguir dentro de la habitación del tío Georg...
No sé qué pasó. Seguro fueron mis nervios. Me está dando un miedo terrible, el corazón me late como loco; mi Tía, Malle... quise gritar pero del susto no salió absolutamente nada. Me giré lentamente, después de casi una hora de estar ahí, el mismo miedo provocó que me entrara valor para girar y verla, creo que era más el pánico de sentir su mano que sostenía la mía con cierta fuerza.
Con lo que me encontré fue más de lo que seguramente he podido soportar en toda mi vida, sentía como cada parte de mi cuerpo temblaba. Ella tenía los ojos muy abiertos, su mirada era suplicante y se clavaba con fuerza en la mía. Creo que de reflejo quise moverme y al percatarse de aquello ella sostuvo mi mano con un poco más de fuerza.
- Tabatha son tus nervios, Tabatha tranquila, respira – me dije a mi misma. Exhalaba e inhalaba muy rápido. Cerré los ojos lo más fuerte que pude – Vamos Tabatha tienes que tranquilizarte. Mami siempre dice que eres valiente. Ahora abre los ojos y no pasará nada – y eso hice justamente y para nada funcionó. Malle seguía con su mirada penetrante en mi pero a la vez me rogaba en silencio un millón de cosas que no podía comprender con su mirada – Tía Malle, te quiero muchísimo pero por favor no me hagas esto – le supliqué ya con el miedo y la adrenalina rondándome hasta la punta del cabello – Tía por favor – sentía cada vez más su esfuerzo por tomarme de la mano y el no querer que me soltara de ella...
- ¡Tabatha! – en la puerta escuché la voz de mi Abuela Sophia – ¡sal de aquí angelito! – me dijo cordial – hermosa ¿Cómo lograste entrar? Mira cómo te has puesto, estás hecha un mar de lágrimas y tiemblas – aquello no lo noté por completo hasta que me abrazó y comencé a hipar entre sus brazos – Ven linda, salgamos de aquí – en cuanto dijo aquello, sentí de nuevo una ligera reacción de su mano.
- Abuelita, mi tía... ella... – dije volviendo mi vista abruptamente a ella – mi tía abrí... – me tuve que quedar de nuevo callada, sus ojos estaban de nuevo cerrados, dejé de sentir como ella me tomaba de la mano, mi Abuela me impulsaba a girar.
No me rehusé en ese instante... ¿Cómo les iba a explicar que mi tía abrió sus ojos y me tomó de la mano? Nadie me iba a creer aquello...
Amélie Dekker...
Aquello de verdad me consuela y mi hermana hace que mágicamente el tiempo pase un poco más rápido, para cuando me doy cuenta somos los únicos a bordo del avión y todos comienzan a ponerse intranquilos, sobre todo los hombres que cuchichean.
₪ Qué se dijeron las Dekker:
• ¡Jeg sa jo at en kommersiell flyging var ikke en god idé! = ¡Te dije que un vuelo comercial no era buena idea!
• Jeg tenkte at, i hvert fall ved ankomst, ville de la oss være som folk flest, men jeg ser at det er umulig ... = Pensé que, por lo menos a la llegada, nos dejarían ser como la gente normal pero veo que es imposible...
- ¡Quiero a mi mamá! – me quejo con voz llorosa. Mariella me ve y se ríe y no suficiente con eso se aleja en son de burla recargándose en la ventanilla.
- Con ustedes, La Señorita Dramas – anuncia como si de verdad fuera un gran chiste. Nota que no le sigo la broma como habitualmente lo haría y se pone seria – de acuerdo, ¡ya!, fue mal chiste, lo siento ¿De verdad te sientes tan mal?
- ¡Sí! Este maldito dolor de estomago me está matando lentamente.
- ¿El medicamento no te funcionó? Era bastante fuerte.
- ¡No! – alego a voz de berrinche y trato de cubrirme todo lo que puedo con la manta – ¡estúpidos malestares gastrointestinales!
- ¡Ya! Relájate un poco – me pide y me abraza – faltan escasos minutos para aterrizar...
Aquello de verdad me consuela y mi hermana hace que mágicamente el tiempo pase un poco más rápido, para cuando me doy cuenta somos los únicos a bordo del avión y todos comienzan a ponerse intranquilos, sobre todo los hombres que cuchichean.
- ¡Jeg sa jo at en kommersiell flyging var ikke en god idé! – el doy un codazo a Malle que mira por la ventanilla bastante tranquila a mi parecer.
- Jeg tenkte at, i hvert fall ved ankomst, ville de la oss være som folk flest, men jeg ser at det er umulig ...
- ¡Hey! Ustedes dos, ¿Saben lo qué aquí pasa verdad? ¿Por qué se secretean en noruego? – Ela asoma la cabeza y nos señala con su inquisidor dedo índice.
- La Guardia Real Noruega seguro interceptó el vuelo – le contesto y me acurruco muy placida un poco más en mi asiento, esto puede que tome varios minutos.
- ¿¡QUÉ!? – gritan: Ela, Carlo, Kin, Deieu, Egan, François, Ehsan, Jean Paul, Chris y Gabrielle. Seguro a oídos de mi hermana rebotó.
- ¡Ándale contéstales! – le digo burlándome de ella sin quitarme de mi cómoda posición.
- En cuestión de minutos nos dejarán bajar – dice ella bastante preocupada.
- ¿Y qué tiene que ver la Realeza Noruega, con todos nosotros? – pregunta un despistado Jean Paul.
₪ Qué se dijeron las Dekker:
• ¡Jeg sa jo at en kommersiell flyging var ikke en god idé! = ¡Te dije que un vuelo comercial no era buena idea!
• Jeg tenkte at, i hvert fall ved ankomst, ville de la oss være som folk flest, men jeg ser at det er umulig ... = Pensé que, por lo menos a la llegada, nos dejarían ser como la gente normal pero veo que es imposible...
3 Alas:
hallo esperemos empiece otra buena anecdota..por ahora solo me saltó añgo...para este entonces q edad tiene tabatha? pq no se fue muchisima madurez a mi parecer para la situación en si... jajajaj XD
dire mi frase....sigue escribiendo esclava! XD jajaja ich liebe dich!
¡Yo adoro a esas niñas, es oficial! La forma en la que comenzaron a hablar en noruego fue simplemente encantadora. (+ amo a la gente que habla + de 2 lenguas. ¡Es fascinante! XD)
Ah y como parte de otro paréntesis... (yo adoro a Tabatha :D)
Ya que Shaira ha preguntado lo que yo iba a preguntar, pues ya no lo preguntare xD!
Y escribiendo sobre esa situación.... OTRA VEZ TU Y TUS PINCHES PUTOS RELOJES MAL NACIDOS!
ah, descanso mi alma. ¿Y mi capi?
jooo
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