La satisfacción personal es una lujuria.
“[…] Satisfacción personal es una lujuria que puedes tener sólo después que tus enemigos hayan sido eliminados. Mientras tanto, todas las personas que amas son rehenes, debilitando tu coraje y corrompiendo tu juicio […]”*
- Así que si deseamos algo grande y perfecto y como no las quiero de mi lado, la mejor opción es deshacerme de cada una lentamente.
Orlando Roethlisberger, nacido en cuna de oro, con la habilidad inigualable de aprender desde muy pequeño cualquier cosa, con un futuro resuelto por sus padres; ese soy yo, pero seamos realistas el futuro no es perfecto (hasta que yo descubrí como hacerlo) al principio fue difícil aceptar que por el coraje de alguien más, los que más amas deben de morir, que lo que es correcto nunca lo fue.
Ignorantes humanos, que gracias a nosotros sus vidas siguen en pie sobre el planeta. Que ellos, que sólo hacen sus rutinarias actividades, no se dan cuenta que alguien más debe salvaguardar el equilibrio para que sus repugnantes vidas sigan su curso. Lo mío será diferente, yo no me preocuparé por el bien de los demás, yo, me voy a preocupar por mi propio bien y seguiré las creencias que yo considere correctas…
- Disculpe Profesor – un pequeño y curioso niño se acercó a mí en aquel jardín de la Facultad de Bioquímica de Mancher.
- Usted es profesor de mi hermano – dijo con su vocecilla.
- ¿Oh sí? Y quién es tu hermano – pregunté, no tenía sentido que un niño de su edad vagara por aquí.
- Ray…
- ¿Ray, eh?
- Sí, Ray Olliet…
- Y consideras que lo que haces es divertido – reprendí con fuerza – puedes lograr que alguien salga herido… sé lo que haces.
- Lo siento, no me gusta hacerlo. No quiero hacerlo. No quiero hacerlo – comenzó a elevar su chillante voz – usted investiga cosas raras ¡Ayúdeme! – vociferó.
Y sí yo ayudaba al pequeño, él tenía que corresponderme de alguna bondadosa manera y qué mejor que con ellas. Presas fáciles, todos, hasta él que con un par de ojos bonitos y una piel sedosa y curvas de miedo, cayó rendido haciendo el trabajo mucho más fácil para todos. El chico es listo, sabe lo que quiere, tanto o más que yo (lo que ha fecundado algunos problemas) si bien la tengo en mi poder y causal en el momento que se me de la gana también los puedo separar.
Uno de mis grandes problemas era luchar contra la bondad que su cuerpo albergaba. Me gustara o no era algo con lo que debía luchar, ella, de cuerpo y cara perfecta, no debía existir equilibrio alguno, no en ella. Desde el principio supe que la indicada era ella, con un temperamento voluble, la pieza faltante de mi rompecabezas, que como todo, cuando dejara de servirme la desecharía, pero por ahora tenía toda mi atención y hasta tendré que admitir mi admiración.
- No necesito más esas tonterías de prácticas de Yoga y apestosos controles mentales y todo eso que te sacas de la manga…
- Mi querida Dirce – acaricio su rostro fino muy cerca del mío – linda, dulce y perversa Dirce – resoplo en su oído – sabes que debes atenerte, sabes que no puedes dejar las prácticas de buenas a primeras – acaricio su cuello – no creo que le quieras provocar dolor al buen Drako que tanto te ama y tú fuiste a revolcarte ayer por la noche con cierta personita que no es ni de tu agrado.
- Yo…
- Tú tranquila mi querida Dirce que si bien sé todo de tu vida, eres lo que eres gracias a mí; tu fama, tu belleza, tu encanto y tus dones…
- Y yo para qué los quiero si no me sirven – refunfuñó.
- Verás que sí – consentí – puedes lograr muchas cosas más de las que imaginas. Debes controlar tu ser y verás lo grande que podemos ser juntos…
Es fascinante la dualidad que existe en el mundo, lo que le da sentido al existir, debe haber oscuridad para que exista la luz, un día para darle sentido a la noche, la vida y la muerte. Todo depende y coexiste de su antítesis; esa enorme energía opuesta y complementaria hacía que todo fuese más divertido. No me interesaba eliminar todo el bien del mundo, le quita la diversión a todo, sin embargo sí quería controlarla y para eso debía inclinar la balanza a mi favor.
Ese ser, el único ser que no dependía de nada ni de nadie, la única creatura que era en sí misma era la luz y la oscuridad, debía ser mío. Esto mismo la volvía el ser más puro que debía luchar por mantener su equilibrio personal, sin darse cuenta que de eso dependía algo mucho más grande. Que placer haber encontrado a Némesis, en tiempos actuales. Bendita deidad que me ayudará a conseguir todo lo que yo deseo creando el futuro perfecto para mí.
Nombre:
- Así que si deseamos algo grande y perfecto y como no las quiero de mi lado, la mejor opción es deshacerme de cada una lentamente.
Orlando Roethlisberger, nacido en cuna de oro, con la habilidad inigualable de aprender desde muy pequeño cualquier cosa, con un futuro resuelto por sus padres; ese soy yo, pero seamos realistas el futuro no es perfecto (hasta que yo descubrí como hacerlo) al principio fue difícil aceptar que por el coraje de alguien más, los que más amas deben de morir, que lo que es correcto nunca lo fue.
Ignorantes humanos, que gracias a nosotros sus vidas siguen en pie sobre el planeta. Que ellos, que sólo hacen sus rutinarias actividades, no se dan cuenta que alguien más debe salvaguardar el equilibrio para que sus repugnantes vidas sigan su curso. Lo mío será diferente, yo no me preocuparé por el bien de los demás, yo, me voy a preocupar por mi propio bien y seguiré las creencias que yo considere correctas…
- Disculpe Profesor – un pequeño y curioso niño se acercó a mí en aquel jardín de la Facultad de Bioquímica de Mancher.
- Usted es profesor de mi hermano – dijo con su vocecilla.
- ¿Oh sí? Y quién es tu hermano – pregunté, no tenía sentido que un niño de su edad vagara por aquí.
- Ray…
- ¿Ray, eh?
- Sí, Ray Olliet…
- Y consideras que lo que haces es divertido – reprendí con fuerza – puedes lograr que alguien salga herido… sé lo que haces.
- Lo siento, no me gusta hacerlo. No quiero hacerlo. No quiero hacerlo – comenzó a elevar su chillante voz – usted investiga cosas raras ¡Ayúdeme! – vociferó.
Y sí yo ayudaba al pequeño, él tenía que corresponderme de alguna bondadosa manera y qué mejor que con ellas. Presas fáciles, todos, hasta él que con un par de ojos bonitos y una piel sedosa y curvas de miedo, cayó rendido haciendo el trabajo mucho más fácil para todos. El chico es listo, sabe lo que quiere, tanto o más que yo (lo que ha fecundado algunos problemas) si bien la tengo en mi poder y causal en el momento que se me de la gana también los puedo separar.
Uno de mis grandes problemas era luchar contra la bondad que su cuerpo albergaba. Me gustara o no era algo con lo que debía luchar, ella, de cuerpo y cara perfecta, no debía existir equilibrio alguno, no en ella. Desde el principio supe que la indicada era ella, con un temperamento voluble, la pieza faltante de mi rompecabezas, que como todo, cuando dejara de servirme la desecharía, pero por ahora tenía toda mi atención y hasta tendré que admitir mi admiración.
- No necesito más esas tonterías de prácticas de Yoga y apestosos controles mentales y todo eso que te sacas de la manga…
- Mi querida Dirce – acaricio su rostro fino muy cerca del mío – linda, dulce y perversa Dirce – resoplo en su oído – sabes que debes atenerte, sabes que no puedes dejar las prácticas de buenas a primeras – acaricio su cuello – no creo que le quieras provocar dolor al buen Drako que tanto te ama y tú fuiste a revolcarte ayer por la noche con cierta personita que no es ni de tu agrado.
- Yo…
- Tú tranquila mi querida Dirce que si bien sé todo de tu vida, eres lo que eres gracias a mí; tu fama, tu belleza, tu encanto y tus dones…
- Y yo para qué los quiero si no me sirven – refunfuñó.
- Verás que sí – consentí – puedes lograr muchas cosas más de las que imaginas. Debes controlar tu ser y verás lo grande que podemos ser juntos…
Es fascinante la dualidad que existe en el mundo, lo que le da sentido al existir, debe haber oscuridad para que exista la luz, un día para darle sentido a la noche, la vida y la muerte. Todo depende y coexiste de su antítesis; esa enorme energía opuesta y complementaria hacía que todo fuese más divertido. No me interesaba eliminar todo el bien del mundo, le quita la diversión a todo, sin embargo sí quería controlarla y para eso debía inclinar la balanza a mi favor.
Ese ser, el único ser que no dependía de nada ni de nadie, la única creatura que era en sí misma era la luz y la oscuridad, debía ser mío. Esto mismo la volvía el ser más puro que debía luchar por mantener su equilibrio personal, sin darse cuenta que de eso dependía algo mucho más grande. Que placer haber encontrado a Némesis, en tiempos actuales. Bendita deidad que me ayudará a conseguir todo lo que yo deseo creando el futuro perfecto para mí.
γένεσις...
Nombre:
- ORLANDO ROETHLISBERGER ( -Orlando Roadlesbergea- )
- 1.85 m
- Delgada
- Castaño
- Elegante.
- ----
- Negro.
- Ingeniero en Bioquímica Farmacéutica.
- Manipular todo a su alrededor.
- La capacidad de hacerse tu reflejo.
- La sorpresiva seriedad con la que te ataca.
Genesis - Justice
*Cita de Orson Scott Card, que aparece en el libro Amanecer de Stephenie Meyer de la Saga Crepúsculo.
**Este capítulo fue escrito por Zaybet Hilton y Karlita Díaz.
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