Capítulo I [ Parte 3] - Trato de recuperar mi aliento de nuevo.

Bien la respuesta es sencilla aunque no se conocían desde hace mucho Mariella siendo la mejor amiga de Ela tuvo que convivir mucho con Kart. Ellos se tenían confianza y si Ela necesitaba saber algo de Kart quién mediaba el terreno era Mariella, Kart hacía lo mismo con ella, así que se convirtió en algo esencial en la vida de ambos. Tanto que Kart se ponía celoso cada vez que ella coqueteaba con alguien o tenía algún noviecillo en turno, aunque para Mariella no fueran relevantes sus relaciones, él la quería como a una hermana y a veces la sobreprotegía causando las risas y burlas de Mariella sobre él quien generalmente le respondía con algún berrinche...

- ¡Hey! – carraspeó enseguida Fabiho tocando el hombro de Georg.

- ¡Ah! Bueno... yo les presento a Fabiho amigo mío – dio para los chicos.

- ¡Hola! – entonaron todos.

- Tomemos nuestros lugares y comencemos a pedir, muero de hambre – dijo Ashir - ¡Oh! ¡Mariella preciosa compraste los cigarros!

- Ahmm – seguido de unas risillas entonó – ¡obvio no pequeño! Te dije que te tocaban a ti, esté me lo dio Georg – y miró ambos cigarrillos consumirse.

- Cierto Ashir, te tocaban a ti – le dijo Deieu.

- ¡Damn it! Christine anexa la cajetilla por favor – dijo causado la risa de la mayoría.

Entre todos comenzaron la plática y por tiempos se dividían, pacientes esperaban los cafés y algunos bocadillos que ordenaron. Todos los amigos de Mariella eran muy sociables por lo que Georg y Fabiho no tuvieron problema alguno, cosa que le fue grato a Mariella pues recién había conocido a un chico y sus amigos hacían clic enseguida con ellos en especial Kin y Fabiho, quienes no dejaban de platicar. El servicio no tardó en llegar, todos ya estaban en confianza y la amena plática parecía que se prolongaría...

- Veo que son muy unidos – dijo Georg dejando su café en la mesa – y de diferentes nacionalidades...

- ¡Sí! – dijo de prisa François – yo por ejemplo soy Francés, se nota en mi nombre ¿no? – rió un poco.

- ¡Oh! Qué bien – contestó Georg – he estado un par de veces ahí, es muy lindo ¿y qué te trajo hasta acá?

- Me gusta la arquitectura y el diseño, un programa de estudio de intercambio me convenció para estudiar aquí.

François era un chico siempre a la moda catalogado un metrosexual para ellos, pendiente de todo y de todos, amaba la arquitectura y el diseño de lo que fuese, tenía un sentido del apoyo al prójimo increíble, las chicas siempre acudían a él si tenían algún percance y necesitaban del apoyo neutro masculino. También tenía elevado un poco el ego cosa que a ninguno de sus amigos les molestaba pues todos de alguna manera tendían a eso en ese grupo.

- ¿Y cómo es que los conociste? – le seguía la plática Georg.

- Bueno Kart y yo llegamos al mismo tiempo.

- ¿Estudian lo mismo?

- No, en realidad yo estudio International Relationships , vengo desde Italia por el mismo programa de estudio – respondió Kart.

- ¡Italia me encanta! – con felicidad expresó Georg.

- ¿Viajas bastante? – le preguntó Mariella.

- Sí, ¡algo!

- ¿Algo? – le dijo con burla Fabiho.

- Sí, constantemente – sonrió y antes de que lo siguieran cuestionando por eso se dirigió a Kin – y tú, por lo que veo eres Española.

- ¡Así es majo! – dijo ella – mi hermana y su novio hemos venido de unas simples vacaciones para quedarnos a estudiar aquí.

- ¿Qué estudian? – Georg fascinado preguntaba.

- Graduada en Comunicación y Periodismo – respondió Kin.

- Soy Psicóloga – dijo Deieu.

- Bien podría darte algunos buenos e histéricos clientes – le dijo Georg.

- ¡No! Con nosotros tendrá para toda su vida – dijo Ela y las risas se hicieron presentes.

- ¿Y tú Ashir? – retomó la conversación Georg.

- Negocios…

- ¿Qué hay de ti Ela?

- Relationships… también – sonrío tímidamente.

- ¡Ah! Ya entiendo… – dirigió sus miradas entre ella y Kart.

- ¿Y tú Georg? – dijo ahora Mariella.

- Yo… – dudó, cosa que hizo reír a Fabiho – digamos que estudios no pero soy músico.

- ¿Ah sí? – cortó Ashir – ¿Y qué instrumento tocas?

- ¡El bajo! – no era que Georg no les quisiera decir a que se dedicaba, pero prefería que lo conocieran antes de juzgarlo por lo que hacía.

- Yo “toco” la guitarra…

- Bueno tengo un buen amigo con quien podrías compartir tu buen gusto.

- ¡Ay qué bien! tienes amigos que nos pueden ayudar en varias cosas – dijo Mariella – me ha dicho que también conoce a alguien que puede ayudarme con eso de la tesis.

- ¡Eso es bueno! – le dijo Kin – porque últimamente nadie ha hecho nada al respecto.

- Mientras pueda ayudar en algo por mi encantado – dijo Georg.

- Obvio quién está más encantada es Mariella – dijo Deieu burlándose.

La plática fue amena entre cigarrillos, cafés y bocadillos se pasó la tarde bastante rápido. Antes de caer la noche Kart y Ela se despidieron dando motivos para que se burlasen de ellos, con que se defendieron eran “razones escolares” y en verdad lo eran ese par de chicos eran muy clavados en sus recientes estudios terminados. Ashir y Deieu decidieron ir al cine cosa que no fue de interés para el resto de los que se quedaron. El que se vio intrépido esa tarde fue Fabiho al decirle a Kin si querría ir a cenar con él, en cuanto lo hizo se le subieron los colores al rostro y para salir del bochorno involucró a Georg quien no desaprovecho la oportunidad de terminar el día a lado de su recién amiga Mariella.

Georg mandó a Fabiho por el auto y antes de poder terminar él ya estaba afuera. En la espera Kin le preguntaba curiosa la forma tan repentina en la que se habían conocido apenas un par de horas y soltando indirectas acerca de Fabiho; lo cual Georg lo tomaba con gracia y le daba uno que otro consejo para ligar con su amigo y Kin tomó nota.

El claxon sonó en la calle, los tres salieron animados y de prisa. Fabiho ya esperaba a Kin en la puerta del copiloto ayudándola a subir. Georg tomó la delantera abriendo la puerta trasera, tomando suavemente por la espalda a Mariella para que entrara. El destino fue un buen restaurante-bar, perfecto para comenzar, algunas entradas, bebidas y un poco de plática antes de comenzar la cena.

- Tu rostro me es familiar – dijo Kin dejando el vaso de agua sobre la mesa – pero no sé exactamente de donde Georg.

- Mmm… puede ser – le dijo él con una sonrisa y miradas entre él y Fabiho.

- Viajas demasiado… lo habías mencionado hace un rato – le recordó Mariella.

- ¡Sí! tengo la oportunidad de hacerlo…

- Y lo hace constantemente así que aprovechémoslo ahora que está aquí – dijo Fabiho tomando la mejilla de Georg tal cual viejita.

- ¿Son cómo los mejores amigos ustedes cierto? – dijo Kin.

- ¡Sí! – soltaron ambos.

- Nos conocemos desde hace ya más de 15 años – orgulloso exclamó Georg.

- Pero con eso de que viaja siempre me abandona… aunque termina regresando a mis brazos – con los ojos brillosos y una buena actuación dijo Fabiho.

- La parte de los viajes aún sigue siendo misteriosa – dijo Mariella.

En ese momento su conversación se vio interrumpida por el mesero quien traía la cena lista para degustarla y antes de que se retirara Georg lo abordó pidiéndole un vino…

- ¿Vino? – dijeron Kin y Mariella.

- ¡Claro! – dijo Georg – el día de hoy lo amerita – ellas se miraron extrañas – conocimos a unas lindas chicas…

- Que nos dieron la oportunidad de cenar con ellas – terminó con galantería Fabiho mirando a Kin.

- ¡Woh! Que lindos chicos – dijo Mariella con una mirada coqueta para Georg.

La cena transcurrió a gusto con poca plática, casi al final de la misma el ambiente musical del bar mezclaba diferentes ritmos entre una de tantas sonó una muy peculiar que llamó la atención de Mariella… “Durch den monsun es una buena canción” dijo ella y Kin le afirmó con la cabeza, Fabiho y Georg se miraron y rieron, algo que fue notorio para las chicas quienes seguían mirándose extrañadas por las actitudes un tanto raras de los chicos. La velada terminó no sin antes el brindis que Georg había propuesto por conocerlas. Se retiraron del restaurante, no era muy tarde y prometieron reunirse de nuevo para después llegar a la que era la casa de las chicas.