Capítulo V [ Parte 3 ] Un rayo de luz borra mi mente.





- ¿Quién es? – me preguntó Robert que aún me tenía entre sus brazos.
- ¡Fabiho! – me solté de Robert y corrí a él - ¡gracias! – le dije moviendo los labios sólo para él mientras le daba la espalda a Robert.
- Dime primero que pasa aquí – dijo en un tono “enojado”.
- ¿Quién eres? – le cuestionó Robert muy altivo.
- Lo mismo te pregunto – soltó Fabiho.
- No tengo porque responderte…
- Exactamente puedo hacer lo mismo…
- Fabiho… – intervine – sólo vámonos de aquí – lo tomé de la mano – el resto del desayuno está en el departamento – me di la vuelta y pude ver su auto a unos cuantos pasos, lo jalé y me subí a él. A la par arranco el auto – en la siguiente cuadra entraremos al estacionamiento de ese edificio – señale para que lo viera mientras sacaba el control que habilitaba la puerta.
- ¿Estás bien?
- ¡Sí! Muchas gracias de verdad – le dije tomándolo del hombro.

Bajamos del auto y entramos al elevador, no me decía nada pero si notaba sus ganas de preguntarme. Entramos al departamento y nos fuimos a la mesa del fondo.

- ¿Quieres algo? – en realidad creo que no había mucho pero la cortesía ante todo.
- No, muchas gracias pero adelante tú puedes – señaló mi bolsa y la miré con recelo, de lo ocurrido el hambre se me quitó así que sólo tomé el café.
- Te debo una explicación pero sobre todo las gracias…

Le relaté a grandes rasgos lo que había pasado en el momento previo a que él intervino dado que me comento que me vio salir desde el Starbucks. Después de confirmarle entre dientes que él fue algo importante hace muchos años y que ahora no me interesaba y al parecer a él sí, comprendió que no le daría más detalles sin embargo él quedó satisfecho con la poca información.

- Por último me gustaría que no le dijeras a las personas que tenemos en común nada de esto.
- Esta bien Mariella, no te preocupes, de mi parte ni Georg ni Kin sabrán.
- ¡Gracias! – puse mis manos sobre las suyas. Su celular sonó y lo miró rápido.
- Mariella me tengo que ir… precisamente Georg me esta mandando un mensaje – me decía sin quitarle la vista a la pantalla – quiere que vaya con él.
- Ok… bueno, de hecho yo también tengo que irme ya.
- Te puedo llevar tú dime ¿A dónde?
- ¡Oh! No, no es necesario mi auto esta aquí.
- ¿Que no vivías en la casa con Kin… allá cerca de dónde vive Georg? – me dijo ceñudo.
- ¡Ahhh! Sí, este es sólo mi escondite secreto – reí.
- ¿También huyes de los paparazzi? – dijo divertido y después hizo una cara extraña.
- ¿Yo? ¡No!... ¿Quién más lo hace?
- No… nadie sólo un chistecillo – sonrío falsamente a mi parecer.

Cuando llegamos al estacionamiento me dejó salir a mi primero del edificio, en la primera calle se puso el alto y quedó a mi lado, nos despedimos separándonos pocos metros después. Sin darme cuenta llegué al estudio, tenía tantas cosas en la cabeza revueltas que la verdad no fue seriamente contemplada ir ahí pero qué más daba un poco de trabajo para distraerme, no me haría nada mal.

Entre a mi oficina, al parecer no habían tenido mucho trabajo los días que me fui, únicamente estaban dos folders desconocidos sobre mi escritorio y un libreto al parecer, me puse relativamente cómoda y corroboré que era el guión de la película que Bill me había mencionado, efectivamente trabajaríamos juntos y eso lo confirmé en una minuta en uno de los folders, dónde detallaba como nos manejaríamos dentro del estudio, posibles horarios y tentativas de grabaciones que no tenían fecha del año en curso; uno de los puntos ahí resaltados, lo que ya no era novedad para mi eran: las clases fuera del estudio, pero no me detallaba en que lugar seria. Imaginé que tendría que ir a otro estudio con Bill para acelerar las clases y comenzar la grabación lo antes posible, mencionaba pocos viajes a Berlín.

El segundo folder tenía un memorándum: “Junta con los representantes de Bill Kaulitz” era el título. Sería al medio día.

Sin darme cuenta y por leer el guión de la película, que remarcaba que sólo era un preview, se me fue la hora de la comida, analicé una vez más como comenzaría al día siguiente mi rutina de trabajo; seguramente a primera hora junta con el equipo y al medio día llegaría la gente de Bill Kaulitz para poder ponernos de acuerdo; se avecinaba arduo trabajo.

Mi celular me sacaba de mi análisis, recibí un mensaje de Zahary: “amigui me urge verte”; no lo dudé y la contacté, nos pusimos de acuerdo y nos veríamos en minutos. En cuanto la tuve de frente lo primero que comenzaron fueron los reproches.

- Si no pongo “urgente”, ni tus luces Malle – me recitó mientras me abrazaba.
- ¡Ay tranquila! – le di su beso en la mejilla.
- Pero en realidad si es urgente…
- ¡Dime! ¿te pasa algo? – tomé un cigarrillo.
- ¿A mi? ¡No! A mi nada… al contrario es a ti – dijo alarmada – ¿Por qué no me habías dicho que regresaste con Robert? Y que él ya esta en la cuidad.
- Espera… ¿Cómo? – dije enderezándome en la silla, la parte en donde “las noticias malas viajan muy rápido” de verdad que aplicaba – ¡No! Estás mal, cómo se te ocurre pensar semejante cosa.
- ¡Ay a-há! – me manoteó – me llamó…
- ¿A ti también?
- ¿Qué a ti no? ¿Qué no lo has visto?
- ¿Qué te dijo? – la interrumpí antes que me aturdiera con sus dudas; primero iban las mías; escuchemos que plan trae ese tipejo.
- Que estaba en el aeropuerto y una de sus maletas se extravío, era donde venían todas las formas para poder comunicarse contigo…
- ¡Agh! Que mentira…
- Eso pensé… generalmente uno guarda teléfonos y direcciones en los celulares ¿no? – yo asentí – le dije que habías cambiado de teléfono, él me afirmó eso y ahora que regresaba quería que fueras la primera persona en verlo y se le estaba complicando la vida por lo de su maleta extraviada.
- Dime que no te creíste el cuento de ese patán – rezongué.
- Desde luego que no; luego me dijo la parte en donde “habían regresado” y que de verdad te quería ver con locura y pasión, le dije que fuera a tu casa si se supone que él sabía donde te encuentras ¿no?... ¿y fue?
- Sí, pero no a mi casa, no sabe nada de mí, me encontró cerca del departamento para mi mala suerte.
- Entonces, ¿qué onda con su choro mareador?
- No tengo idea Zahy, no sé que pretende…
- Pero seguro a ti se te movió todo el mundo y te volviste a fascinar con él – me guiño el ojo.
- ¡Pfff! ¡Vamos, para nada! Está de alzado, ya te lo había dicho, el último mail que me mando hace años fue con una actitud de: “yo lo sé ahora todo de la vida”
- ¡Dirás misa! Pero te lo he dicho muchas veces: él regresa y con él te casas así te quiten el reino en Noruega y te excomulguen por siempre – me dijo muy firme y convencida de sus palabras.
- Y te he dicho las mismas veces que no…
- ¡Por favor! Si todo aquel intento de algo que has tenido después de él son del tipo – estiró sus brazos detonando que ella tenía la razón; y hasta cierto punto la tenía pero bastaba sólo con traer a mi mente a alguien más… tal vez por un segundo pensar que ahora podía ser diferente me hacia sentir…


[*Georg Hagen Listing*]
- ¡Georg! – me gritó Fabiho en las escaleras.
- ¿Qué? – le respondí abriendo con dificultad la puerta de mi departamento.
- ¡Esto pesa! – se quejaba y lo escuchaba cada vez más cerca.
- ¡A-ha! – dejé lo que tenía en las manos en el recibidor y le ayudé - ¡Que débil…!
- ¡Que loco! – me imitó y rezongó - ¿para qué compraste tantas cosas? Además ¿Por qué soy yo el que te tengo que acompañar? Ya ten una novia… eso de ir al súper si no es por alcohol me hace sentir raro – soltó las bolsas en cuanto entró al departamento y se sacudió desde el pecho hasta el estomago haciendo muecas de escalofríos.
- ¡A ver raro! No voy con chicas al súper porque las que tenemos Bill las acapara cada que puede…
- ¿Y Mariella? – me empujó.
- La acabo de conocer…
- Si ya estuviste casi 48 horas seguidas con ella y sin sexo… unas horas más, unas horas menos – dijo balanceando sus manos.
- ¡Idiota! Y ¿Cómo le explico para que quiero tantas cosas?
- Sí, buen punto… y explícame a mi para qué quieres tantas cosas.
- Fácil – le aventé un refresco de una de las tantas bolsas que tenía a mi alrededor – mañana me voy a LA por cuatro días con Gustav y Tom.
- ¿Y la estrellita de rock?
- Tiene no sé que por hacer a medio día en un estudio pero él y otros del Staff viajan por la noche.
- Por supuesto le dijiste que te ausentarías… – cuando me dijo eso me di la vuelta y recogí el resto de las bolsas – ¡hey, hey! Detente ahí… ¿Por qué no le dijiste?
- Porque implica explicarle todo esto, dejemos que me conozca por Hagen y no por Georg – le alcé las cejas.
- ¡Camarada! Te conoce como Georg no como Hagen – sentí su tono irónico y recargó su brazo en mi hombro.
- ¡Idiota! Era un decir… hazte… necesito la bolsa que estás pisando.
- ¡Ah! – exclamó – bueno tú, toda una ama de casa es hora de irme… me extrañas en tu viaje.
- ¡Y luego no quieres que te invité conmigo al súper!
- ¡Diablos! – se quejó ya en la puerta.
- Te quemas solo hermano… probablemente le diga a Kin que no eres un buen partido para ella.
- ¡Tema prohibido hermano! – me señaló jugando con las llaves de su auto en las manos – hasta que no le seas sincero a Mariella, tú y yo no hablamos de Kin – y salió veloz del departamento.

Terminé de acomodar las cosas, preparé mi maleta y estaba listo para ir a dormir, estaba cansado, trataba de hacerlo sin éxito sin embargo sólo una cosa se me venia a la cabeza: imágenes, situaciones, sensaciones, eran tan rápidas que me hizo pensar que yo estaba… “¡tranquilo!” me dije a mi mismo en voz alta unas horas y ya te crees el rey del mundo… “un par de lindos ojos no significan nada, esos, son los que más daño hacen”.

3 Alas:

Anónimo dijo...

hey cual es la cancion que suena???
me encanto!!!
^^

shaira beluga dijo...

mmmm... no me digas q ... rh es... es ...... tun tun ..tun tun...tututututuuun....

aaaaaaaah dime ingrata jajaja tengo una sospecha pero necesito la certeza...

en fin..saludines!!!

Karla Díaz dijo...

por dios!!!!
shaira!!! era obvio desde el capitulo anterior!!! jeje
me gusta el manejo que tiene fabhio con kin!
te vas a casar con él? jaja eso mismo me dijiste a mi y yo conteste igual
nooooooooo!