Capítulo VII [Parte 3] Qué puedo decir, lo conosco desde hace un buen tiempo.




[*Bill Kaulitz*]

  • ¡Chicos!, ¡chicos! – les llamé a todos, Silke ya estaba afuera de la oficina de Benjamin con nosotros – ¿vieron el ridículo qué hizo Georg con la reportera? – me burlé; moría por decirlo, se había visto tan poco astuto.
  • ¿Qué? – dijo él sorprendido.
  • ¡Claro qué si me he dado cuenta! – me apoyó Dunja.
  • Eres pésimo Hobbit – le dijo Tom negando con la cabeza y causando más burlas – sí, la chica te gusta, no te quedas parado como idiota o le hablas o la ignoras y después le coqueteas mientras nos entrevistan; ni porque convives con este maestro de la seducción aprendes.
  • ¿De qué rayos… – trató de decir él.
  • ¡No! – interrumpió Dunja – pero su escusa de: “voy por algo” fue para sacarle el número de celular a la reportera, no creas que es tan malo Tom.
  • ¡Yo!, yo… – decía apresurado Georg intentando decirnos algo para defenderse.
  • ¡Bien! Por lo menos hizo algo inteligente – se burló de nuevo Tom – pero eso no le quita lo imbécil que se vio en un principio.
  • Pero… – decía una vez más sin éxito Georg mientras continuábamos mofándonos.
  • ¡Oh Georgie! Te juro que hablaré con Benjamin para que te de unas vacaciones – dijo Dunja abrazándolo – para que puedas salir y conocer algunas chicas; Silke comunícame con tu jefe…
  • ¡Enseguida! – dijo ella entre risas y siguiéndole el juego a Dunja.
  • Pero… ¡hey! Chicos es la segunda que se conquista en esta semana – dijo Gustav desde atrás.
  • ¿Qué? – dijimos Tom y yo al mismo tiempo quedándonos después de eso mudos.
  • ¡Sí! El viernes él traía a…
  • Bill tenemos que irnos – salió de pronto Benjamin de su oficina – luego terminamos de burlarnos de Hagen.
  • ¿Tú también? – le reprocho él.
  • ¡Oye amigo! Estoy escuchando sus gritos y burlas hacia ti; luego me desquito y me pasan la reseña con detalles de lo ocurrido en la entrevista – se rió y le dio unas palmaditas en el hombro.
  • Pues ya que… – dijo Georg vencido con risas.

Los chicos se quedarían un rato más esperando ahí en el estudio para partir al aeropuerto y tomar el vuelo de Hamburg a Inglaterra y después con destino directo a LA. Con lo que no contaba Benjamin era con la astucia de mi hermano, quien en cuanto nos despedimos se despidió junto con nosotros; Tom había logrado que su vuelo se moviera junto con el mío, de esta forma sólo viajarían: Dunja, Hagen, Gustav, David y Stiffens por la tarde y por la noche lo haríamos Benjamin, Tom, y yo.Cuanto le dio la noticia no le quedó más que hacer muecas en señal de que nadie podría contra nosotros dos. En realidad el interés de Tom por cambiar su vuelo era por una de las personas con las que yo me encontraría en la junta a la que me dirigía con Benjamin: Mariella.

Nos pusimos en marcha al “Pratho Theater und Studio Technik” hasta Magdeburg, teníamos tiempo suficiente hasta para poder pasar a comer algo en el camino. El volver al estudio para hacer doblaje me emocionó, era muy divertido y Mariella le daba un toque muy relajado al trabajo, es más ni lo parecía; me caía muy bien, había algo en ella que me parecía que podía interactuar muy fácilmente; las cosas fluían casi tan parecido como con el trabajo en nuestro estudio, igual de divertido. Una vez que llegamos al muy ejecutivo edificio, residencia del estudio una recepcionista nos dirigía al noveno piso.

  • Todos se irán juntos hoy por la tarde – le preguntó Tom a Benjamin que no paraba de entretenerse con su agenda portátil.
  • Tú debiste irte en ese vuelo Tom, estoy revisando en un mail de David, Cristopher se queda con nosotros.
  • ¿Por qué? – pregunté – Sebastian Stiffens nunca lo deja solo; son uña y carne.
  • Dice aquí David que: Sebastian quiere que este todo cubierto y como él no se da abasto con ustedes esta vez se dividirán el trabajo e incluso él muy insulso esta pidiendo otro asistente.
  • ¿Puedo pedir una yo? – le dije mientras salíamos del elevador.
  • Seguro Bill… – dijo Benjamin con ironía – no te basta con acaparar a la maquillista, cuando puedes lo haces con la publicista; con Silke no puedes sólo porque trabaja todo el tiempo conmigo, sino que fuera de ella; ¿no te es suficiente?
  • Bien Natalie y Dunja me ayudan, pero no tienen el titulo de “Asistente personal de Bill Kaulitz” – alegué mientras Sebastian se alejaba para reunirse con un grupo de hombres que estaban al pie de una oficina.

Me entretuve un rato con Tom; le explicaba lo poco que recordaba de las instalaciones y que en ese momento nos encontrábamos en la parte aburrida del edificio: la ejecutiva. Nos aburríamos con facilidad ahí sentados así que dábamos vueltas en ese piso mirando de reojo lo que había. Fuimos a pararnos a los grandes ventanales que daban hacia la calle, estando en el noveno piso podíamos ver bastante de la cuidad. Sin darnos cuenta Benjamin había entrado a la sala de juntas sin mí, supuse que primero parafrasearía acerca de los negocios monetarios y después entraría yo.

  • Señor Bill Kaulitz, que gusto tenerlo de nuevo aquí – escuché una linda voz y Tom y yo giramos a recibirla con una sonrisa.
  • Señorita Dekker, un placer volverla a saludar en persona, el gusto lo estoy compartiendo con usted – pude escuchar como Tom trataba de contener la risa por la forma en que nos saludamos.
  • Vamos, por favor hábleme de TÚ – me dijo ya entre completas risas.
  • De acuerdo me parece muy bien – y la abracé – aprovecho de una vez por todas para presentarte a mi hermano. Tom ella es Mariella, Mariella él es Tom – y pese a lo que siempre hace Tom cuando conoce a alguien que sólo saluda de mano; se fue contra ella para darle un abrazo y un beso en la mejilla. Ahí vamos Tom al ataque logré presentir de él.
  • Mucho gusto – dijo ella – Bill me hablaba mucho de ti.
  • Al contrario el gusto es mío – dijo en un tono no muy usual en Tom, por lo que me quede sorprendido hacia donde quería llevar esta vez su actitud – Bill también hablaba y habla muy bien de ti.
  • Eso es bueno saberlo – congratuló ella con una sonrisa – nuestra junta será dentro de unos minutos más, ¿quieren algo? un café, refresco, alguna bebida.
  • Tendrás… – miré a Tom.
  • Bebidas energéticas – concluyó él por mí y Mariella nos miró un tanto divertida por la forma de interactuar entre nosotros.
  • ¡Sí! En un momento las traen – acto seguido habló por un manos libres que tenía colocado en la oreja izquierda – Marie un favor puedes pedir dos ¿RedBull? – nos preguntó y ambos asentimos – dos RedBull y un té helado al noveno piso, sala dos por favor. Listo chicos en unos momentos suben.
  • Gracias – le dijo Tom.
  • ¿Cómo les fue el día de hoy? – preguntó invitándonos a sentar de nuevo en los sillones.
  • Bien. Hemos tenido una entrevista por la mañana bastante divertida – dijo Tom tan rápido que me dejó con la boca abierta.
  • ¡Seguro! Puedo imaginarlo – soltó muy segura.
  • Mariella – la miré con detenimiento – te veo como, extraña – Tom me miró de reojo confundido por mi cambio abrupto de tema.
  • Será acaso porque me tocó vestirme de gente muy, muy decente – se rió estrechando un folder entre sus brazos.
  • No, no, no – la miré hurgando en su aspecto – te ves genial desde luego pero es algo más, te vez como feliz.
  • Bill – dijo Tom enderezándose y sacando ya toda su galanura mirándome de reojo – obvio está feliz porque me acaba de conocer, qué más puede ser.
  • En efecto – Mariella extendió su mano hacia Tom – él tiene razón Bill, qué más puede ser, tanto tiempo oyendo hablar de este chico y mira que lo vengo a conocer en un muy buen momento.
  • No le des cuerda – crucé lo brazos y reí. Mientras una chica se acercaba a darnos nuestras bebidas.
  • ¡Eh Bill! Tengo el plan perfecto para pasar la tarde en lo que esperamos hasta la noche para tomar el vuelo – Mariella nos miraba intrigada y yo miré a Tom a los ojos asintiendo.
  • De acuerdo – dije para Tom – te gustaría ir a comer con nosotros después de la junta, claro, siempre y cuando puedas y tengas tiempo o permiso – ella rió con ironía.
  • No entiendo… – Tom nos miró a ambos mientras Mariella seguía con esa sonrisa – ¿acaso son muy estrictos con el tiempo aquí en éste estudio?
  • ¡Estrictos! – entoné fuerte – vamos, Tom, no era eso a lo que me refería sólo le hacía burla. Tienes aquí en frente de ti a la ahijada del dueño de este empresa – Tom chicoteo su cuello de la sorpresa – ella puede hacer lo que su santa voluntad le ordene y aquí no pasa nada.
  • ¡Eso es astucia! – atinó a decir – eso significa que puede venir sin ningún problema con nosotros.
  • En efecto, no hay ningún inconveniente Tom – respondió ella.


Después de unos minutos de plática, Benjamin y los ejecutivos nos indicaban que era el momento para que entráramos a la oficina. Tom lo hizo con nosotros. A la cabeza de mesa se presentó Luke Winston, lo recordaba poco, era el jefe inmediato de Mariella, enfrente de mi tenía una carpeta de gran volumen, me indicó que era una copia del libreto que podía llevarme y junto con Tom comencé a hojearlo; Mariella tenía uno exactamente igual. Enseguida venían las especificaciones de trabajo:

  • Por el momento – comenzó Benjamin – Tokio Hotel tiene bastante carga de trabajo, eventos, conciertos, firmas y lamentablemente no son en Europa.
  • Por eso no hay problema – dijo Luke – la película tiene como fecha de estreno dentro de un año, a finales del 2009, la producción aún no nos manda una copia fiel de la película terminada, los libretos que tienen los chicos – nos señaló a ambos – en su poder tal vez sea sólo la mitad del completo.
  • Ya decía yo que estaba muy pequeño – expresé.
  • Así es Bill, aún tenemos mucho tiempo y queremos que en cuanto tengan tiempo te concentres directamente en el proyecto.
  • Me parece perfecto – dijo Benjamin sacando su agenda – nosotros tenemos programando aligerar el trabajo en pantallas y viajes a finales de diciembre de este año y comenzar nuevos proyectos a principios del siguiente.
  • Eso sueña perfecto Ebel – Luke apuntaba en su libreta sin parar – mientras los chicos si tienen visitas aquí en Alemania pueden reunirse en cualquiera de los estudios que tenemos.
  • Lo mas factible es Hamburg; nuestro estudio de trabajo esta allá y Bill radica ahí mismo, eso nos puede ayudar a que la banda no tenga tanto alejamiento y distracciones para nuestra producción – dijo Benjamin.
  • Claro, como te comentaba, tenemos un nuevo estudio en Hamburg, el tiempo es suficiente y tenemos la ventaja de que Bill no es primerizo en esto; la intención de que se reúna esporádicamente con Dekker será para que él retome la práctica o afine algunos detalles que en la pasada grabación le fueron difíciles.
  • Además Mariella puede moverse sin dificultad a cualquiera de las ciudades – habló de pronto Paulo Filho, el trabaja en la misma rama que Mariella – la carga de trabajo es poca y las clases de doblaje que impartimos por el momento están tranquilas ¿no? – le preguntó a Mariella.
  • ¡Sí! – en ese instante Tom dejó de pasar las hojas de la carpeta para verla – Los grupos que tenemos por el momento son reducidos – miró su agenda – y no se abrirá curso hasta mediados de febrero del año entrante Paulo.
  • Eso significa Luke, que podemos disponer de Mariella para que viaje a la cuidad que más les acomode a ellos – decía muy placido Paulo mientras Mariella hacia caras expresando “así son los jefes y hay que acatar órdenes” lo que nos hizo reír a Tom y a mi discretamente.
  • Nosotros les notificaremos en la cuidad que trabajaremos, no tenemos contemplado Magdeburg, aquí sólo tienen un modesto estudio los otros integrantes de la banda y ellos dos – Benjamin nos señaló – trabajan mucho en Hamburg, rara vez alternamos en Berlín y probablemente en EUA.
  • Muy bien, por nosotros no habrá inconvenientes, estudios disponibles contamos en Alemania, filiales en EUA también, el trabajo que debe desempeñar Dekker lo puede cubrir Paulo en dado caso que Bill sienta necesitar a Dekker mucho antes de lo previsto o con más tiempo si no se siente seguro podrán disponer de ella para cualquier viaje así que Bill ya no tendrás que hacer larguísimos recorridos hasta Berlín.
  • No se preocupen, es un placer trabajar de nuevo con ustedes y saber que Mariella me acompaña de nuevo me hace sentir más seguro – expresé.

Después de toda la parafernalia que marcaba la etiqueta, con acuerdos y peticiones decidimos que el resto del año en curso si nos encontrábamos en Alemania podía reunirme con Mariella para retomar ciertos puntos.

Minutos después nos veíamos salir del estudio en compañía de Mariella.

3 Alas:

Zeltzin dijo...

AAAAAAAAAAA!!

¿Tom?¿Hagen?

A!

A!

shaira beluga dijo...

esto no se me suena..me apesta a triangulo amoroso o al menoooooooos muuuuchos pero muchos malos entendidos jajajajjaja

Karla Díaz dijo...

obviamente le hacen burla! yo se la haría también!!
pero seguro quedo deslumbrado ante tal derroche de bellaza y sensatez de la reportera jaja
a no? verdad