Capítulo VIII [Parte 3] No estaba en el plan.




Cuatro chicos habían estado planeando varias cosas durante todo el mes en curso; pronto serian los cumpleaños de Mariella y Kin, sus cumpleaños eran con días de diferencia y desde que se conocieron y vuelto grandes amigas disfrutaban de unirlos, hacer fiestas, viajes, salidas a lugares de diversión extremas. Al parecer este año se habían vuelto algo perezosas y comentaron al resto que ocuparían aquella membresía de la que lujosamente pueden disfrutar en alguno de los antros de Magdeburg para reunir a sus amigos y disfrutar de la velada en una noche larga.

Estos chicos por el contrario querían algo en grande y se habían valido de artimañas para: conseguir teléfonos y lugares exclusivos para festejarlas, todos llevarían a cabo una tarea en especial: llamadas a personas importantes, transferencias bancarias, buscar animación nocturna, reservaciones, compras, mentiras, llegadas, recibimientos… en fin una y mil cosas por las que todos debían ser discretos.

Ela deambulaba por la estancia de la casa, era raro que ella estuviera a esa hora del día en la casa, mas sin en cambio podía dejar la vida entera por sus amigas si así se lo proponía; los perros la miraban de un lado a otro, en efecto Ela estaba algo desesperada, llamaba y llamaba sin encontrar éxito alguno, la llamada no enlazaba. Lo dejó para después e intento con el siguiente número de la lista: un buen amigo que recién Mariella había reencontrado de nuevo y seguro ella estaría feliz de verlo ahí.

  • ¿Hello? – escuchó como respuesta Ela del otro lado, ¿inglés? ¿Por qué me contesta en inglés? Se preguntó ella – ¿hallo?- Hallo – contestó ya más en confianza por escuchar de nuevo el idioma alemán – disculpa, ¿tengo el gusto con Bill?
  • ¿Quién eres? – preguntó el chico.
  • Soy Ela Haushoffer, amiga de Mariella Dekker.
  • ¿Quién, perdón? – cuestionó una vez más Bill, tenía que asegurarse que no era alguna fanática que había descubierto su número telefónico.
  • ¿Mariella Dekker seguro te es conocida no?, sí eres Bill Kaulitz la conoces ¿cierto? – dijo ella entendiendo el punto al que la quería llevar, imaginó que se sentiría desconfiado – ella es mi mejor amiga y tú has trabajado con ella hace un par de años, recientemente has tenido un encuentro de nuevo con ella.
  • ¿Me repites tu nombre? – dijo él más amable, pero sin dejar bajar la guardia, en efecto lo que la chica dijo era cierto pero su memoria por tiempos le fallaba.
  • Claro soy: Ela Haushoffer.
  • Bien la verdad, no recuerdo tu nombre o que Mariella me lo mencionara alguna vez, discúlpame.
  • Oh, no te preocupes, en realidad yo sólo te quería extender una cordial invitación.
  • Dime, te escucho – él no acostumbraba a hacer conversación con el primero que le llamase, mucho menos si no los conocía, pero la lada de Alemania lo impulsó y al escuchar el nombre de su amiga lo alentó más.
  • En próximos días se acerca el cumpleaños de Mariella y otra amiga en común, que vive con nosotros, hemos realizado algunos detalles para ellas y recién nos contó que te había vuelto a ver, considero que sería un placer para ella verte ahí aunque sea unos minutos.
  • Suena muy interesante, Mariella es una gran amiga, sólo que hay un problema, yo no me encuentro en Alemania ahora. ¿Cuándo planean hacer eso? Supongo qué me estás avisando con anticipación – junto a él chico de gran melena se hallaba su hermano gemelo, Tom, que al escuchar la mención de Mariella se puso alerta y se le acercó a su hermano.
  • Digamos… – Ela dudo – que no mucha, Mariella y Kin, la otra chica del cumpleaños…
  • ¿Kin has dicho?
  • Sí, Kin es la otra chica que festejara con Mariella – dijo sin entender por que la pregunta.
  • De casualidad esa chica Kin no es una reportera de Bravo, con un acento español en su habla – le daba codazos a su hermano que poco escuchó y Bill se reía por tremenda coincidencia.
  • En efecto, ella es Kin, Kin Castella y sí, es reportera de Bravo – ahora más tranquila Ela recordaba la entrevista del lunes anterior, a pesar de lo que dijera el chico: no tenía tan mala memoria.
  • ¡Esa chica me hizo una entrevista hace unos días! ¿Son amigas? – su voz sonaba incrédula por lo que ahora acaba de deliberar.
  • Sí, en efecto somos amigas…


  • ¡Hola! Fabiho que gusto, sabéis quién habla…
  • Quiero imaginar y espero que sí; sólo conozco a dos chicas con ese tono tan peculiar en la voz, Deieu – contestó el teléfono algo cabizbajo después de haber platicado con Mariella en la agencia, ahora se hallaba en el departamento de Georg.
  • Eso es guay majo – una sonrisa enmarcó a su rostro – miraos que yo te estoy hablando porque no sé sí os sabrás que en algunos días sois el cumpleaños de mi hermana y el de Mariella algunos días posteriores; pero estas guapas andan tan ataviadas que no han hecho nada y vosotros como las buenas personas y colegas que sois de ellas les habed preparado todo un show para que festejen.
  • ¡Vaya! eso suena muy bien Deieu y qué es lo que tienen en mente – preguntó intrigado, esa sería una muy buena opción para seguir con el cortejo mucho o poco que llevaba con Kin y que de pronto sintió tambalear por la situación de Georg.
  • Vale, pues miraos que sólo necesitáis tu presencia, la duda es: como nuevo prospecto que sois de mi hermana quiero preguntar si estáis dispuesto a asistir a los dos eventos o sólo a uno – era una pregunta que de rigor debía hacer aunque sabiendo las intenciones que él tenía para su hermana no dudo que dijera que no.
  • No te entiendo Deieu, qué tramas – dijo riendo – sólo dime que no me tengo que vestir de payaso o robar algo porque sería un rotundo no, de ante mano – Fabiho río un poco.
  • No ¡ostias!, al contrario tío, sólo dime sí estáis de acuerdo en ir hasta Hamburg – preguntaba Kin dando vueltas alrededor de su habitación.
  • Hamburg no esta lejos… pero ¡Hamburg! – contrariado se sintió por saber que el festejo sería hasta ese lugar.
  • Pues… sí no hemos podido hacer reservaciones en los lugares aquí en Magdeburg pero majo no os desconcentres que ese no es el punto, vale, ¿irías a los dos eventos?
  • Si es la forma en que yo pueda poner contenta de nuevo a tu hermana con gusto cuenta conmigo – sonreía torpemente mientras se dejaba caer en uno de los sillones de la amplia estancia.
  • ¿La has hecho enojar? – preguntó Deieu confundida.
  • Sólo se molesto por… por algo sin sentido y me preocupa, bueno… sí, es que…
  • ¡Te gusta! No tienéis que tartamudear tanto chaval, tú no os preocupéis que después de esto quedarás muy bien parado – Deieu supo que en ese momento podría disponer de Fabiho para cualquier motivo que fuese relacionado con su hermana, al chico le gustaba y él no podía por ningún medio esconderlo.
  • ¿Estás segura?
  • Vamos majo, parecéis nuevo en esto, no por nada te lo dice la misma melliza de Kin, confiad en mi; ahora necesitamos vernos y realizar unas compras.
  • Lo dices tan misteriosa que empiezo a asustarme Deieu.
  • Joder relajaos, que no pasa nada qué te parece el día de mañana para vernos por la tarde y nos ponemos guapos ¿vale, vale? – no pretendía darle explicaciones por teléfono, eso, le hubiera quitado un poco el encanto a la situación, deliberó dejarlo con la duda un poco más hasta llegar a encontrar el atuendo perfecto para ir a tan presurosos eventos.
  • Esta bien Deieu por la tarde nos vemos, pasó a buscarte a tu trabajo ¿esta bien?
  • De acuerdo majo yo te veo mañana por la tarde sin escusa ni pretexto en mi consultorio…




  • Vamos Ruly no te hagas del rogar, te necesito, nunca me has fallado, mucho menos lo he hecho yo, dejémoslo como favor de amigos y veraz que Rubí aceptará si tú aceptas – decía algo nervioso por la hora François.
  • Sabes que te odio y te adoro al mismo tiempo y sólo por eso y por los euros que me ganaré aceptaré – muy coqueta al otro lado le contestaba Ruly – pero…
  • Tranquila, estás completamente invitada, si eso es lo que te preocupa, seguro les dará gusto volverte a ver, sólo no se te ocurra comentar nada ahorita.
  • ¡Por quién me tomas! Sabes que soy muy discreta con mi trabajo y si de esas chicas se trata mira, que son un pan de Dios, y sólo por ellas lo hago ¡eh! – Ruly acariciando el cabello de una chica decía echando atrás la mirada.
  • Haré como que no escuché ese comentario Ruly – François sostenía el teléfono entre su mejilla y su hombro tratando de colocarse los zapatos.
  • Vamos, vamos no te pongas tú en un plan de diva eso déjanoslo a Rubí y a mi y a tus chicas adoradas a las cuales pagarás sus tratamientos y looks nuevos – François escuchaba las palmaditas que Ruly soltaba de felicidad.
  • ¡Esta bien!, sólo porque a las cuatro las amo con todo mi corazón…
  • ¡Seguro! El gran Fran siempre con ese corazón tan bondadoso – decía en burla con su tonito característico muy acentuado ladeando su mano y causando las risas de las chicas que la rodeaban al verla haciendo gala de sus modales.
  • Ya deja de burlas, loca, vele a visando a Rubí que esta noche saldrán muy tarde, mis chicas no sé a que hora lleguen, seguro no tardan y ustedes deben atenderlas como unas reinas – miraba sin parar el reloj debía estar la casa sola para que François pudiera convencer a Mariella y Kin ir con él.
  • No te fallaremos Fran aquí estaremos, tú deja en mis manos que yo convenza a Rubí que no dudara en hacerlo después de que le de…
  • Hasta ahí Ruly, no necesito detalles – la voz gruesa y característica de François corto el plan de convencimiento de Ruly – estaremos las chicas y yo en un par de horas al pie de tu clínica de belleza.
  • Adoro cuando tu tono de voz es así… grrrr – arremetió Ruly antes de que él le colgara.
  • ¡Au Revoir!...

1 Alas:

shaira beluga dijo...

XD ay q cosas... esto si me sono "familiar" jajajajja imagine todo, la escena de los perros siguiendo con la cabeza a la desquisiada de Ela jajajajja..... y Deieu (cuantas vocales juntas dios !!!XD) y toooodo..ya quiero leer sobre esa fiesta caray...