Capítulo XXIV [ Parte 2 ] La noche en que el mundo comienza de nuevo.



Mariella Dekker…


Veo como al abrir la puerta desfilan uno por uno mis amigos en fila india.


- Les trajimos cosas para preparar una buena cena – pasa a un lado mío Jean Paul y sólo atino sonreírle y cerrar la puerta una vez que han terminado de entrar.

- ¡Alto! – les dice Ela a la cabeza y poniendo atención en cómo están Amélie y Andreas sentados en el sillón. Todos la miran raro – ¿Qué pasa aquí? – inspecciona el lugar con su mirada y todos confundidos se miran el uno al otro – Mariella habla – me ordena y de pronto tengo nueve par de ojos sobre mí.

- No pasa nada – respondo y me alejo de la puerta principal.

- Mariella Dekker, detente ahí. Amélie Dekker mírame – le habla a mi hermana que veo de reojo como levanta la cara con todo el cabello alborotado. Todos están en completo silencio – les repito ¿Qué pasa aquí? – es notorio como insuflar aire ensancha demasiado mi cuerpo y Amélie baja la cara…




Ela Haushoffer…


Sentados todos en la sala escuchamos con atención…


- ¿Qué dijiste? – con la cara larga llena de sorpresa no puedo creer lo que acabo de escuchar, es inaudito.

- Que creo, Ela eso dije – me responde ella.

- ¡Pruebas! Las pruebas correspondientes ¿ya te las hiciste?

- ¿Qué le pasáis a la maja ésta? estáis toda alterada – dice Gabrielle para sus hermana y habla de mí.

- Gabrielle – con diplomacia me dirijo a ella – conozco a estas chicas desde que tengo mis primero recuerdo. No tienes la idea de lo que esto puede afectar a la familia Dekker.

- Bajadle dos rayitas, ostias guapa, ellos sólo creéis aquello no sois nada seguro…




Fabiho Lagerfeld…


Después de animarlos a que abrieran el sobre más de uno los miraba confundidos.


- ¿Estás seguro Andreas? – expreso tratando de que todos salgan del shock. Poco a poco las chicas se unen a Amélie y nosotros rodeamos a Andreas.

- Lo leímos ya, ella y yo, la cosa esa dice positivo en rojo – somos hombres y los hombres no expresamos mucho de eso, al chico le tengo cierto aprecio, hemos pasado bastante horas juntos en aviones o detrás de un backstage con los chicos de Tokio Hotel, desde hace ya varios años.

- Y qué van a hacer – a un lado mío está Carlo, que le pregunta algo queriendo hacerlo reaccionar.

- No lo sé, ella está demasiado impresionada, no tengo ni la menor idea, ella está dudando mucho, poco y falta para que se suelte a llorar si la siguen abrazando así – volteamos a ver a las chicas arrinconadas. Andreas como un verdadero zombi sólo la mira.




Deieu Castella…


Menuda sorpresa a la que venimos a encontrad y vosotros que sólo queríamos una cena…


- Maja no sois por nada pero te has metido también en problemas ¡eh! – le digo la Mariella que mira con unos ojos enormes a su hermana, creo que la pobre ni ha respirado.

- ¡Cállate! Eso no me ayuda.

- Mirad que si eso le pasáis a Gabrielle – de inmediato mi hermanita respinga y me miráis feo – y vuestros padres os enteran, recibiríamos lo peor como castigo.

- Deieu, de verdad eso no me hace sentir nada bien – me dice ella cambiando el peso de su cuerpo a una de sus piernas, se cruzáis de brazos con la hoja de la prueba en mano – tengo a la Reina de Noruega como Abuela.

- ¡Zaz! Maja – expreso con pena – y tú qué queréis…




Gabrielle Castella…


No puedo creed lo insensibles que pueden llegáis a sed las personas, escuchad…


- ¡No lo quiero! – dice Amélie – no, no lo quiero.

- Niña, eso lo hubieras pensado mucho antes – le decid con un tono muy agresivo Ela – se piensan las cosas.

- ¡Hey, Ela! Tranquila – la detengo yo – mirad, que lo último que ella queréis es ser reprimida – recibo apoyo en miradas de las demás chicas – Amélie, guapa tranquila, respirad un poco – le aconsejad yo y tomo un mechón de vuestro cabello para acomodadlo detrás de su oreja – debéis pensad bien otra vez lo que acabáis de decid, linda.

- No, es que no…

- Demasiado tarde niñata – le dice Kin – la cosa ésta que decid que vosotros tenéis cuatro meses y medio de gestación…




Carlo Minutti…


Escuchar una noticia de este grado, no pasa todos los días pero es tan común en estos tiempos…


- Y tú que deseas – le pregunto, a veces a nosotros no nos hace mucha gracia haber metido tan severamente las patas.

- Yo quiero que ella esté bien – dice como un robot.

- De acuerdo, sí ella estará bien pero me refiero a que si quieres ser papá a los 19 años – soy más claro en mi pregunta, sin querer ser brusco.

- ¡Claro! Bueno – se sacude la cabeza a modo de reaccionar – no lo sé, yo deseo todo lo que ella desea ¿y si no lo quiere?

- Señores y damitos – interrumpe Jean Paul – este chico está completamente enamorado de la niña – todos acertamos a su comentario y Andreas nos mira confundido.

- ¿Seré papá? – sin dejar de mirarnos se pregunta o nos pregunta – ¡Voy a ser papá! – se levanta del sillón orgulloso de aquello. Al menos Amélie tendrá la seguridad de que se hará responsable…




Kin Castella…


Yo no sé como éstas majas debéis tomar la noticia, ¡qué difícil!


- No puede ser – decid Amélie.

- Santo Dios – la mira Malle.

- ¡No puedo creerlo! No Amélie habiendo tantos métodos para cuidarse – le decid Ela.

- ¿Y si él tampoco lo quiere? – cuestionad Amélie.

- ¡Ay guapa! Te verás hermosa – le dice Gabrielle.

- Concuerdo con Ela – interrumpid mi hermana – esto sois un gran peso y para qué luego los hijos sois unos mal agradecidos y se largan.

- Hay que hacer llamadas de larga distancia – dice la Malle mirando a todos lados.

- Debed pensar en si queréis niña o niño, azul o rosa y esas cosas – Gabrielle comienza seguramente a imaginar ya en comprad cosas.

- Es una lástima que no puedas interrumpir el embarazo – Ela se movéis de un lado a otro cerca de vosotras – arruinarás toda tu vida.

- ¿Y si él se va? – Amélie mirad a todas. Nunca me habéis sentido tan confundida con tanto dialogo, que ninguna se hacéis caso la una a la otra. Del otro lado me podéis percatar que los chicos brincan y brindan con copas y botellas de cerveza, pareced que del otro lado digieren un poco mejor la noticia…




Andreas Dagen…


- Mamá, papá les tenemos una noticia – después de hablar seriamente con Amélie y quedarme muy asustado por la decisión que en un principio tomó hemos decidido las cosas – Amélie y yo vamos a darles un nieto.

- Andreas – dice mi mamá atónita – Andreas…

- Embarazaste a la chica y te vas a hacer completamente responsable – inquiere severo mi papá, Amélie se sorprende por lo rudo que sonó.

- Así es papá – le respondo con orgullo, Mariella también se pone nerviosa y trata de mirar sólo su café.

- Andreas no puedo creer, bueno a ti que te digo – dice en un tono restándome importancia – Amélie no puedo creer que hasta ahora te hayas dado cuenta, nena – aquello nos saca los ojos de sus orbitas a los tres.

- ¿Por qué? – dice mi Amélie dudosa.

- Desde hace tiempo se te nota cariño – le dice mi madre con un tono dulzón y mueve su posición de estar a un lado de mi papá a sentarse a un lado de ella y prácticamente tirarme del sillón – y tú también eres una mala hermana por no ponerle atención debida – le dice mi hermana a Mariella que está más que sorprendida por la ligereza de actitud de mi madre.

- Bueno… yo… pues – tartamudea ella sin saber exactamente que responderle al “regaño”.

- Bien jóvenes cómo lo van a solucionar – pregunta mi papá.




Amélie Dekker…


Mamá, la Abuela Bernardette, la Abuela Olga, Melissa, Tabatha, Mariella, el señor Andriy papá de Andreas, la señora Sasha mamá de Andreas, Mariella y para mi colmo hasta le tío Xavier se dio el lujo de venir…


- ¡Felicidades mi amor! – me dice mamá con un fuerte abrazo, eso, era lo último que esperaba de ella.

- Ellos parece que lo están tomando con responsabilidad – dice el papá de Andreas.

- Hermanita, ya sabes muchas cosas, has estado con Tabatha tres años – me dice a lo lejos Melissa, su pretexto de venir a la cuidad acompañando a la Abuela Olga se lo trago Mariella.

- Tú, ven hija – le dice la Abuela Bernardette a Mariella – ven acá por favor, quita esa cara que tu no tienen la culpa de lo que estos dos hicieron.

- ¡Es lo que le he dicho todo el tiempo! – le dice Sasha a la Abuela.

- Pero de algún modo estaba a mi cuidado – miro como por fin da la respuesta a lo que es su temor por ser regañada.

- Sí, Malle, pero no es tu culpa, los actos fueron míos y haciendo cuentas quedé embarazada el día de tu fiesta de cumpleaños – trato de tranquilizar a Malle que de verdad se ve afligida.

- Señores – interrumpe la Abuela Olga que hasta ahora se había mantenido callada y al margen – aquí hay algo que ustedes no han tomado en cuenta – los papás de Andreas se miran confusos – creo que no me presentaron correctamente – dice ella y se levanta imponente con ayuda de su bastón – yo, soy la Reina de Noruega, Olga Dekker – hace una ligerísima reverencia con la cabeza y pasmados están Andriy y Sasha – y esta chiquilla – se dirige a Tabatha para cargarla y posarse a un lado de Melissa – y su madre están ya listas para hacerse cargo de su linaje Real que por parte de su difunto padre y lo que hubiera sido Abuelo para ella, les ha heredado, tienen ya su nombramiento oficial de Infantas y Princesas herederas al trono de Noruega – dice orgullosa la Abuela – está claro que Amélie por ser la menor ha sido desplazada de esto pero no por eso mi futuro nieto debe nacer fuera de la Realeza sin su distinción.


Todos en completo silencio escuchamos el proclamar de la Abuela y después de una larga charla de los cómos, por qué, cuándo y en qué momento les hemos aclarado el enredo en que nuestros legados no han sido completamente aceptados allá en Noruega, Melissa ha aclarado que ella lo desea, Mariella se ha negado una vez más rotundamente y la Abuela Olga ha hecho su distintiva cara de enfado hacia ella y yo, yo. Yo no tengo ni la menor idea de que pensar pero son sólo ver a la cara a Andreas me viene un poco de lucidez a la mente y me he negado a que el bebé que viene en camino sea engendrado lejos de Alemania y dentro de una Realeza.

Aquello ha puesto triste a la Abuela Olga pero Bernardette ha hablado con ella para hacerla entender, lo difícil que es para mí haberme alejado de este país sin yo quererlo, así que era hora de tomar mis propias decisiones. Los padres de Andreas siguen con la impresión por el cielo, será cuestión de que se acostumbren que el bebé viajara en las vacaciones de verano hasta Noruega. Mariella y Melissa se ven felices por mi pero por ellas no hacen absolutamente nada, cada una está en una esquina a la defensiva. Mis hermanas…




Phoebe Hollins…


Lunes de oficina, lunes de trabajo, lunes de peleas matutinas y lunes de ¿sorpresas por la tarde?


- Pero a ti qué rayos te pasó – le digo a Amélie en cuanto la veo entrar a la oficina.

- ¿Dónde se metieron todo el fin de semana? – Tom a un lado mío me interrumpe – nos dejaron sin saber que pasó.

- ¿Qué pasó? – pregunto yo – mírate, Amélie, ¿estás enferma?

- ¡Está embarazada Pheebs! – me dice Tom señalando el vientre enorme de Amélie.

- A ver, un momento, te dejé de ver sólo poco más de 48 horas, cosas como esas no son tan obvias en 48 horas.

- Tengo casi 5 meses de gestación Pheebs...

- ¡Ay por Dios! – entra sorprendido Bill con Mariella – ¡5 meses! ¡Por Dios! Pero ustedes qué hacen en su tiempo libre. ¡5 meses! Andreas es un tarado. Ese vientre no lo tenías así el sábado que te vimos…

- Oye, oye, pero tú te la has vivido en la fiesta desde que te conozco – le recalco.

- Hoy por la mañana fui a realizarme estudios y a que los doctores me dieran sus cátedras, no hace falta que me lo recuerdes Pheebs…

- Te ves linda – decimos Bill y yo al mismo tiempo y eso saca sonrisas de los presentes.

- ¡Gracias! – dice ella con una tímida sonrisa.

- ¡Esperen! – alerta Tom – esto significa que seremos una especie de tíos o algo así.

- ¡Oh es cierto! – se alegra Bill – seremos como unos tíos.

- ¡Oh no! no serán “como unos tíos”, van a ser tíos – inquiere Amélie con una radiante sonrisa – ni crean que no se harán cargo de él como los tíos favoritos por ser los mejores amigos de Andreas...

- ¡Oye tranquila! – reniega Tom – podrás tener alguna entrada a un concierto si gustas pero nosotros somos malísimos para eso de bebés y cosas de esas.

- ¡Cierto! – afirma Bill divertido – Tom apenas puede cuidarse de él mismo no le pidas mucho – todos reímos audiblemente, pasamos una tarde divertida…


¡Vaya! Voy a ser tía, eso suena lindo, ojala pudiera decírselo. No me espero mucho y por la noche llamo de inmediato a Melissa que me da con lujo de detalle lo ocurrido en la junta del fin de semana, las cosas se pusieron sublimes, una lástima que no sea un miembro activo de esa familia, hubiera sido fabuloso estar ahí.

Con esa llamada salen nuevos datos a relucir…


- ¿Convives con la banda de Tom? – me dice ella y de fondo se escucha a Tabatha jugar y gritar.

- ¿Con Tokio Hotel? – soy retorica – ¡oh no! sólo convivo con Bill y Tom por Mariella en el estudio.

- ¿No conoces a Georg?

- ¿Quién es Georg? – extrañada de que me pregunte tanta cosa de esos chicos, una a la otra nos hacemos preguntas.

- Es el chico que toca el bajo con ellos, de cabello largo lacio, avellanado, es más bajito que los gemelos.

- ¡Oh ya sé quién dices! – caigo en cuenta – lo he visto un par de veces pero no he cruzado más de dos palabras con él.

- Mariella vive peleada a muerte con ese chico – en un tono que no parece importante dice aquello que en verdad sí tiene importancia.

- A ver repite eso por favor – le digo yo bastante intrigada.

- Dame un segundo, Tabatha hace mucho ruido cuando se pone a jugar – se escucha el moverse de un lugar a otro. Ingenua cree que aquella petición fue por el ruido – Georg y Mariella se conocieron hace tiempo por casualidades del destino, el chico no le dice que es famoso, Mariella se entera, conoce a Tom porque después de varios años Bill se lo presenta, asisten a una fiesta, sus amigos arreglan la cita con Tom en vez de Georg, Mariella se siente engañada, Georg me conoce a mí y me confunde con ella, lo ayudo a reconciliarse pero ya sabes que mi hermana es medio cabeza dura – ante eso suelto una risilla – se encuentran en otra fiesta, no se hablan, el Tom ese tengo entendido le coquetea a Mariella, el otro traga bilis y lo mejor del caso es que ambos ahora viven en Hamburg y hasta la fecha Mariella no tiene idea de que están más cerca de lo que creen…

- ¡Mira! Que historia tan interesante me vengo a enterar – musito.


Así que todo esto se ha vuelto una red completamente confusa. Entonces si Mariella siente algo por el Georg ese, pero coqueteó con Tom y Tom la fastidia hasta el cansancio en el estudio y cada que puede. Yo… yo que juego un papel de detonador. Algo no tiene coherencia ¿Para qué Tom hace todo eso con Mariella? ¿A dónde quiere llegar? Tengo que llegar de algún modo a ese Georg…




1 Alas:

OreoEffeckt dijo...

¿Sabes que hubiera hecho yo?

Madrearme a la culera esa de la Ela.... a ella que putas le importa a ver!!

bah...
y apoyo enteramente a Gabrielle, es un dulce ella xD