SCARLETT: Ex nihilo nihil fit |
La
casa está rodeada por una pequeña verja que le llegaría a la altura de la
cadera. Dentro, se está llevando a cabo una plática de lo protegida que debe
estar ella, sin embargo no están prestando la atención debida y se ha colado
uno de los encargados de informar dónde, cómo y cuándo se realizan las cosas,
sobre todo lo que hacen ellos.
Se
habla de protección y formas de combate. Estrategias. La sombra, el infiltrado,
trae puesta ropa negra, ajustada, muy resistente y aerodinámica. Escucha y mira
lo que los dos varones platican dentro de la casa. Ésta, que tiene dos
ventanales de cada lado, dejando la puerta al centro, tiene cortinas dobles,
gruesas y oscuras, transparentes y delgadas que permiten mirar al interior con
plenitud dado que las luces están encendidas. Del lado izquierdo está una
amplia estancia de sillones confortables de tapiz en tonos arena muy variados
con un decorado que podrían ser flores o simplemente grecas aleatorias, pero la
sombra no ahonda en aquello, no le interesa distinguirlo por completo, aunque
por toda la estancia se ven merodear a los dos varones, recae en que no se
notan desesperados pero sí intranquilos.
Le
han dado la orden.
Asiente
en la oscuridad.
El
infiltrado se mueve sigilosamente por lo que parece pasto, un tapete de
plástico, pasto de vinil que recubre toda la extensión del patio. Siente como
sus pisadas, que son de puntillas, hacen crujir el plástico e incluso se doble.
Está sucio. Se percata que en diferentes puntos hay defecaciones de animal, mas
no ve ninguno al acecho. Esto funciona para demostrarles que su fuerza,
equilibrio, agilidad y visión nocturna es la adecuada. Al mismo tiempo graba en
su memoria todo lo que dentro se dice sin que los inquilinos se percaten de
aquello.
Debajo
de cada ventanal están colocados dos amplios macetones con lo que parece flores
silvestres de diferentes colores, opacos debido a la oscuridad pero ligeramente
alumbrados por la luz que proviene de la estancia. El infiltrado está
protegiéndose a la sombra de este ornamento. Ha obtenido la información
necesaria, que no ahonda mucho más que la protección y seguimiento de la
seguridad de Meghan. Ambos hombres se ven seguros de tener todo bajo control,
lo que irónicamente no es verdad. Uno de ellos habla de lo cerca que podrían
estar o en cualquier parte, sus pensamientos son acertados: lo están; están en
el mismo lugar que ellos y sus salvaguardas no han servido para absolutamente
nada. Están en el techo de la casa.
El
infiltrado hace un ligero impulso con sus rodillas, sus hombros y cabeza van
hacia tras, el impulso da como resultado un salto a la azotea en un giro mortal
extendido con perfecto aterrizaje entre tres sombras más. Dan las gracias por
el excelente resultado. Todo es perfecto y un ligero asentimiento de cabeza por
parte de la sombra al mando indica la siguiente acción: otro salto en completa
posición horizontal y los espectros de luz les ayudarán a no ser detectados. El
riesgo, es no controlar aquella maniobra y estamparse contra el suelo, el
infiltrado lo sabe pues las alas no las desplegarán. Se alinean perfectamente
en la cornisa del techo, el infiltrado queda entre las sombras, no es excluido
y eso lo valora, se alistan y dan el salto al frente con los brazos abiertos en
cruz para acortar la presión de la caída. Esta es exitosa, pero el infiltrado
ha utilizado toda su energía para no desplegar sus alas y frenar a tiempo la
caída sin ayuda de ellas. Se han colocado frente al ventanal con sus ropas negras
ajustadas, sus rostros se reflejan en el cristal en un acto atrevido dejándolos
expuestos aparentemente a la vista de las dos personas que siguen dialogando y
que avanzan de manera amenazadora al ventanal, ellos intuyen el peligro pero a
las sombras no les importa. No cambian su rígida posición.
Las
cuatro sombras están frente a las dos personas, sólo el cristal del ventanal
las separa. Pareciera que los dos hombres saben que están ahí. Tres de las
sombras dan uno, dos, tres, cuatro pasos hacia tras y desaparecen en la
oscuridad. El infiltrado sabe que es momento de actuar.
La
segunda prueba que tiene que afrontar.
Llaman
a la puerta. Uno de los varones dentro se dirige a ella. Quien reclama atención
es Meghan con una actitud retadora, sus ropas son oscuras y ajustadas, la
puerta es abierta por Stiffens. Meghan parece no estar de buen carácter y
pregunta irónica por lo bien que parecen estar cuidando su propiedad entre la
oscuridad.
A la
sombra de Meghan está alguien detrás de ella.
Meghan
ve merodear en la sala consternado a Izaskun, con un gesto agresivo pregunta si
puede pasar o la dejará ahí, Stiffens se rinde y le da el acceso… junto a la
sobra a su espalda. Las otras dos sombras se quedarán fuera, estos despliegan
sus misteriosas alas, tan grandes que crean un cerco frente a la casa.
Una
gran bocanada de aire es la que toma Meghan para seguir respirando e
incorprandose a la realidad. Era solo un sueño. Un muy extraño y fuera de lo
normal en primera porque Meghan hacía mucho que no dormía de manera profunda
por lo tanto no soñaba; y en segunda porque parecía en extremo real. Está
empapada en sudor y siente cada uno de los músculos tensos.
Georg
entra a la habitación con su atención puesta en una notita en sus manos.
—Hey,
despertaste. Mira lo que encontré en la habitación que ocupó Mila… ¿Desde
cuándo ella escribe en Enoquiano mezclado con latín…? Diablos, Megh estás…
estás bien… —Georg retira las frazadas que tienen una marca de sudor, la del
cuerpo de Meghan y esta tiene dificultades para controlar su respiración.
—No…
yo no… es decir —Meghan mira todo su cuerpo pero algo en una esquina de su
habitación un bulto oscuro le atrae. A tras pies sale de entre las cobijas.
Georg la mira desconcertado y le tiende una mano para evitar que caiga de
bruces contra el suelo—. No fue un sueño —toma las prendas entre sus manos, son
oscuras y ajustadas.
—Explícame
—Georg aún sostiene la mano de Meghan así como la nota entre sus dedos
sostenida por el pegamento de esta en la otra. La lleva de manera cuidadosa
hasta el borde de la cama donde ella pueda sentirse más estable.
Meghan
prosigue a contar con esfuerzos lo que recuerda de aquel extraño sueño que cada
que transcurren los segundos se hace menos nítido sin en cambio las sensaciones
en su cuerpo de dolor se acrecientan.
—¿Ya
no recuerdas los rostros?
—No… —Meghan
niega con la cabeza—, es decir ya no son para nada claros, tal vez uno, en
algún momento lo tuve de frente. Su cabello era rubio, digamos celestial, de
ojos azules pequeños pero lograba ser tan dura su mirada como lo más angelical
posible y existente —Meghan ríe como si aquel nublado recuerdo fuera algo
preciado—. El contorno de su rosto… no sé… no dejó de pensar en algo demasiado
angélico y la perfección que va implícita —Georg recuerda viejas conversaciones
con Stiffens, pocas de las cosas que le advirtió sobre Meghan y ese curioso
linaje que la protege, está a punto de escupir que tal vez aquel hombre sea su
padre, así como de manera misteriosa el Abraxas tan buscado se conectó
directamente con ella y resultó ser su abuelo… este hombre sea su padre. Algo
en la esquina de la habitación se hace ligeramente material, puede ver a través
de él y la túnica que porta como atuendo, la recuerda, es un Guardián Avatar
que fingía ser uno de los hermanos de Meghan, éste le indica con el dedo índice
sobre sus labios que guarde silencio y vuele a mimetizarse en la esquina
aquella. Se pone nuevamente en línea con lo que Meghan sigue diciendo—. Su
posición era fuerte, segura, lista para atacar y me infundía mucha confianza
pero ignoro cuál de las tres sombras es… tal vez uno de los que se quedó afuera
o el que entró detrás de mí. Siento como si algo entre él y yo tuviese una
conexión, su confianza en mí era tan explícita, su actitud aunque distante
protectora.
—Está
claro que tu cuerpo hizo uso de la proyección astral pero esta no es fácil de
usar. Tal vez tenga modo de averiguarlo si charlo casual con Izaskun —propone
Georg tratando de despejar aquella extraña aparición.
—¡Mi
hermoso novio! —Georg hace un mohín al escuchar la palabra “hermoso” con un
dejo de sarcasmo implícito. Meghan toma el rostro de él entre sus manos—,
usando la palabra charlar y casual en la misma frase parece un plan que va
directo al fracaso.
—Confía
más en mí Megh —Georg toma las manos de ella y las retira de su rostro
envolviéndolas entre las suyas, trata de que el gesto no sea agresivo
colocándole un ligero beso en la punta de su nariz—. Confía más en mí nena.
Meghan
se deja caer sobre su hombro y suspira su aroma; él le acaricia la espalda por
debajo de la camiseta aún húmeda.
—Qué
más quisiera porque este momento fuera eterno pero lamento informarte que debes
volver a la escuela.
—Si
yo caigo… tú caes conmigo.
El
tono dramático de Meghan provocó una carcajada en Georg.
—Lo
siento, sabes que estás atrasada y…
—Lo
sé… lo sé. Las farsas y realidades Solo un maldito año y medio para ser libre.
—Toma,
debes de leerlo —Georg pasó la pequeña nota a la mano de Meghan, ésta la leyó
con un poco de dificultad—. Es una luchadora…
—Es
una mocosa con muchos secretos —interrumpió Meghan—. Y sabes qué es lo más
estresante —Georg miró como picoteaba la notita—, que desconozco de dónde saca
tanta información o peor aún seguridad para hacer las cosas, ¡tiene seis años!
—Vivió
rodeada de Avatares, no solo la cuidabas tú, estaban tus “hermanos” y Nicasi.
—Si
tan solo pudiera visitar a mi mamá solo un par de minutos y que me dejara un
par de cosas claras, le agradecería haberme parido.
—No
seas tan ruda Megh.
Ella
bufó.
—Me
largo a la escuela.
Meghan
salió dispara para la puerta del baño, mientras que Georg se quedó mirando como
ella caminaba, apretó los ojos tanto como pudo y maldijo mentalmente. Levantó
las palmas de las manos para implorar: un
poco de ayuda sería bienvenida.
Las
clases fueron un infierno para Meghan, todos a su alrededor murmuraban más de
lo usual, más de lo que en tiempos pasados hubiese soportado. Ahora debía
esperar el turno en que las horas libres de Izaskun se cruzaran con las suyas.
Había “logrado” presentar un examen para poder colocarse entre las clases del Gymnasium, aunque la verdadera razón era
no dejar desprotegida por completo a Meghan. Ella, sabía dónde se ubicaba
regularmente pero la clase de Religión lo estaba complicando todo. Un pase de
salida y lo encontraría antes de lo establecido.
Y ahí
estaba, ensimismado en sus propias ideas, con un libro diminuto en sus manos;
enfocar un poco y aun a distancia pudo distinguir el nombre de aquel libro.
Aquello era desconcertante, ese libro no pertenecía a la biblioteca escolar
sino a la personal del Liam que iba en aumento, tenía básicamente todos los
libros publicados en los últimos cincuenta años del género de fantasía y
ficción para el estudio de la realidad que contenían y que los humanos
consideraban excelentes historias irreales. Sus pasos se fueron haciendo menos
perceptibles hasta llegar a la mesa en la que de manera atrevida estaba
sentado.
El
libro le fue arrebatado en su propia cara.
—Tu
apestoso trasero sobre la mesa es de mal gusto —miró la página que leía.
—Megh…
—¿Demian?
Qué hace un libro de este tipo en la biblioteca personal de Liam…
—Có-Cómo
diablos sabes que le pertenece.
—Mejor
aún Izaskun: sé que él no sabe que tú lo tienes.
—Sólo
trato de encontrar una buena explicación para los Abraxas y la manera en qué
funcionas…
—Woh-oh-oh
vaquero. Detente. Deberías enfocarte en resolver ese problema milenario que hay
entre tú y Scarlett en vez de prestar atención a lo que soy o no.
—Estás
pisando terreno peligroso —advirtió severo Izaskun.
—Sabes
qué: no me interesa. Para cuando termine de contártelo… —lo pensó un segundo
mejor Meghan—, es más no tengo la necesidad de decírtelo a ti puedo ir
directamente con ella.
—No
tienes ni la menor idea de cómo contactarla, puede que ahora mismo ella esté
del otro lado del mundo en otro continente o para mi placer en otra dimensión.
—¡Pffff!
Por favor, Izaskun, una mujer que ama a alguien de esa manera lo último que
hace es cambiar de ubicación geográfica. En caso de que tuvieras un perfil en
las redes sociales por internet estaría más de acuerdo que te persiguiera a la
lejanía, pero no cuentas con uno y por lo que sé tu vida social apesta por lo
tanto la única opción viable es más que obvia: siempre ha estado a ti pegada
como garrapata sin que te hayas percatado.
—Estás
demente.
—Un
amor de unos cuantos miles de años no se supera tan fácil —Meghan se acerca a
la mesa donde Izaskun está sentado, sin devolverle el libro aún, lo lee con
mayor detenimiento—. Nunca hemos hablado de cuantos miles de años tienes…
—hace una pausa para comprender lo que las líneas de Herman Hesse escribió— ¿Ya
estabas en la Tierra para cuando los egipcios existieron?
—Fui
uno de los esclavos que construyó la pirámide de Guiza —la mirada de Izaskun
fue sardónica—. Quieres devolverme el libro de una vez por todas, Meghan.
—“Era
ángel y demonio, hombre y mujer, ser humano y animal, bien y mal, anhelo y
pecado… Abraxas es el nombre de un Dios que tiene la particularidad y el poder
de unir lo divino con lo demoniaco”. Woah —terminó exclamando Meghan.
—Es
la segunda única referencia que he encontrado, coherente, la primera habla
sobre unos demonios sin uso muy racional, sólo entrenados como soldados para
utilizarlos en situaciones de suma importancia y corresponden a un nivel alto
en el inframundo suelen ser usados contra hechiceros y brujo pero no contra
humanos ni otra raza.
—Pero
no tiene sentido si en algún remoto caso fuera un intento de efecto espejo, lo
bueno de un lado, lo malo del otro.
—Exacto
—resolvió Izaskun—, por lo tanto la referencia de este peculiar autor hace que
me ponga a pensar si él lo era o estuvo en contacto con uno, ya que está muerto
y su libro tiene capítulos llenos de paradojas extrañas, situaciones
alquímicas.
—¿Ah?
—exclamó Meghan al no comprender qué tenía que ver la química en todo es
embrollo.
—Era
una metáfora, digamos que mezcla su redacción con hecho fuera de lo común en lo
racional humano y cualquier otro alegaría una buena colocada —Izaskun se llevó
los dedos índice y pulgar a los labios simulando fumar.
—Ahhhhh.
Con
aquello Meghan comprendió que Izaskun estaba tan cerca de lo que ella pensaba,
la diferencia entre ambos radicaba en que Izaskun jamás se atrevería a
revelarle algo de aquella magnitud a Scarlett.
—Me
asombra tu sabiondo intelecto pero eso no me resuelve el cómo se lo dirás.
—Porque
no lo haré…
—Es
imposible —estalló Meghan—. Yo llegué a la misma conclusión por diferentes
medios.
—Megh…
simplemente no lo puedo hacer.
—¿Por
qué? —rebatió.
—Porque
ella dejó hace mucho tiempo de buscar.
—¿Me
estás diciendo que si tuvieras la cura para el cáncer la esconderías detrás de
la espalda?
—Es
ya existe, y está detrás de la espalda de alguien más. Esto, no es lo mismo,
este es un tema de magnitudes descomunales —Meghan abrió la boca pero Izaskun
la detuvo—. No existimos hace solo un par de siglos Megh, lo hacemos desde hace
milenos y en aquellos tiempos nadie fue indulgente con nuestro origen, mucho
menos con Scarlett. Cuando yo la conocí estaba moribunda, maltrecha y sin
posibilidad alguna de sobrevivir, lo curioso es que ella no puede morir;
probablemente ahora lo sé, pero eso no me asegura que algo cambiara, las razas
no fueron muy educadas en tiempos antiguos con nosotros, quién me asegura que
en esta época “moderna” su pensar habrá cambiado. Yo no la puedo exponer, ella
no se expondrá y sobre todo no expondremos lo último que nos queda de los dos.
—¿Su
amor? —preguntó Meghan con voz tímida y con la mirada gacha.
—Georg.
1 Alas:
ASDFGHJKL
Aun no he dicho todo lo que tengo que decir vía twitter, pero... ¡QUÉ FINAL DE CAPÍTULO, ZAYBET! ¡MÁS TE VALE QUE ME DES CAPÍTULO EL OTRO JUEVES O TE ASESINO! ¬¬'
Fue... fue genial, pero... ¿cómo diablos pasó eso? O.o
Increíble, pero sube más capítulos!!! :/
Besotes!
Ate: Tu Parabatai
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