Capítulo III [ Parte 3 ] Él decidirá cuando la inocencia haya terminado.




Salió viéndola cerca del garaje jugando con el perro de Tom, sintió gran alivio de que estuviera aún ahí, se acercó lentamente sin distraer el juego que tenía ella con el perro – Hola – dijo por detrás cerca de su oído.

- ¡Ay! – Mariella dio un pequeño brinquito y giró a verlo – Hola... de nuevo – respondió con una sonrisa, “al menos enojada no estaba” pensó.
- Siento la tardanza – se disculpó él.
- No te preocupes tu amiguito me ha estado haciendo compañía.
- ¿El perro? – preguntó nervioso.
- ¡Aha!, me salí porque de pronto se puso muy inquieto creo que vio a algunas chicas rondando cerca de aquí y comenzó a rascar la puerta, se la abrí y aquí estamos.
- ¡Ahhhh! ¿y las chicas? – miraba a todos lados con discreción.
- Mmmm no sé, la verdad, él me distrajo, empezó a juguetear.
- ¡Oh! Ok, bueno es hora de irnos.
- ¡Perfecto! – dijo con una sonrisa en el rostro.
- En unos minutos es la comida.
- ¿Ellos ya están juntos?
- Si, Fabiho me llamó que nos vemos en el restaurante, ¿crees qué después quieran estar con nosotros?
- Mmmm la verdad no tengo idea, a veces Kin está muy ocupada con el trabajo y tiene que regresar de inmediato…
- Yo no sé exactamente qué planes tenga para después Fabiho con tu amiga - le decía mientras caminaban de regreso al solario.
- Pues… – con una sonrisa le decía al momento que tomaba su bolso – Kin no es una chica fácil pero si es medio extremista, por diversión y aventuras Fabiho no se quejará.
- Bien Doggie, tú te quedas aquí – le dijo al perro dejando dentro del solario.

Subieron al auto y tomaron camino enseguida a una avenida principal un trayecto de 15 minutos y se adentraban a la zona empresarial de Magdeburg, bastante conocida por Mariella e imaginó el lugar al que irían, después de salir de las avenidas principales y entrar a la pacífica calle de Reinhardstraβe supo de inmediato que el destino era Troube, un restaurante de comida suiza del cual era fanática Kin.

- ¿Has venido a este lugar? – le dijo Georg dándole las llaves al chico de valletparkin.
- Desde luego, es de los favoritos de Kin.
- Me lo imaginé… Fabiho bien pudo llevarla a un McDonald.
- Pues ahí Kin lo único que come son ensaladas y nunca se las termina – y rieron a la par.
- Buenas tardes – un capitán los abordó – ¿tienen reservación?
- Vamos a la mesa del Señor Laggerfeld – entonó Georg.
- Señor Laggerfeld… – dijo el capitán buscando en sus registros - ¡Señor Laggerfeld! Síganme por favor.

Y así fue, con paso lento iban detrás del capitán, al fondo muy cerca de una fuente de piedra negra estaban ellos dos muy sonrientes, jugando con el agua que caía, Mariella y Georg se miraron regalándose suaves risas como ellos por la curiosa escena que presenciaban.

- ¡Disculpe! Señor Laggerfeld – dijo el capitán ya en la mesa.
- ¿Eh?... ¡Ahh! Han llegado – dijo Fabiho para los chicos – Gracias capitán – y este mismo se retiró.
- Hola Malle – entonó con alegría Kin, se acercó a ella y le dio sus dos rigurosos besos en las mejillas – Hola Georg – y fue lo mismo para él.
- Hola Kin, Qué tal hermano, ¿cómo se la están pasando eh?
- ¡Tan bien hasta que llegaron! – contestó con una enorme sonrisa Fabiho.
- ¡OYE! – gritó Mariella – a nosotros tú nos invitaste, te recuerdo – terminó ella sentándose con ayuda de Georg.
- ¡Ya como sea, maja! – dijo Kin cortando la pelea - ¿de dónde venís vosotros? En la mañana nadie te ha visto salir de la casa Malle – le cuestionaba muy tranquila mientras miraba la carta.
- Salí temprano, Georg pasó por mi – le respondió haciendo lo mismo que Kin.
- ¿No se supone, bonita, qué tenéis que haber llevado el auto de Xavier a su departamento?
- Se supone… – le dijo con una risa y miradas discretas.
- ¿Qué les parece de entrada un fondue de queso? – propuso Fabiho.
- ¡Perfecto! – dijeron los tres.

La comida se fue entre risas y bromas. Para la hora que terminaron era aun relativamente temprano. Kin aportó la segunda idea de la tarde para pasar el rato “una caminata sin sentido por el centro de Magdeburg”. Fabiho enseguida miró a Georg preguntándole si era buena idea, él no opuso resistencia. Salieron del restaurante y fueron a su destino comenzando a merodear por un par de horas. Kin interrumpió el paseo por un mensaje de Deieu pidiéndole que fuera con ella de inmediato. Fabiho la llevaría a ver que pasaba con su hermana.

Por su parte Georg y Mariella se quedaban solos y caminaron un rato más por el lugar hasta que cayó la noche. Él le propuso ir a un club, “un poco de música” pensó Mariella que aceptó encantada. Fueron al auto y se pusieron en marcha.

- Ahora déjame escoger el lugar – le dijo cuando entraban a la zona más activa nocturnamente hablando.
- ¡Tú dime cual y yo te llevo! – chasqueó con la lengua.
- Acerquémonos a Hackesches Hofe.
- ¡Ahí es inmenso! ¿a cuál quieres ir?
- Oxymoron – soltó sin más Mariella.
- ¡Nada perdida eh! Pero necesitare hablar con alguno de mis contactos.
- ¿Para qué?
- Es el de punta esta temporada, ¡tardaremos horas en entrar!
- Tranquilo Georg – decía entre risillas – sólo vayamos a ese lugar y deja el resto en mis manos – Georg la miró de reojo un tanto dudoso.

Una vez llegando al club Mariella se desenvolvió como pez en el agua, actuaba con tal naturalidad que lo dejó impactado, de pronto era otra. Ambos se acercaron a la cadena, Mariella iba a la delantera y Georg detrás marcándola. El chico de seguridad la miró, habló por su micrófono discretamente y abrió la cadena otorgándoles el paso. Subieron las escaleras que daban el acceso al club y una vez más los de seguridad ni los tocaron. Ya dentro ella comenzó a seguir a un chico…

- ¡Espera! – le dijo Mariella y él se detuvo – ¿Georg quieres alguna parte del club en especial o la privada? – le dijo al oído, la música sonaba a todo su potencial.
- Termina de sorprenderme – le respondió de la misma manera.
- Vamos – le dijo con un suave movimiento de cabeza Mariella al chico.

Recorrieron el club por los costados hasta subir al primer nivel que a diferencia de la parte baja ahí la decoración era en blanco con colores neón ambientando, todo ahí eran especie de balcones flotantes, al centro se ubicaba el DJ quien tenía conectado por puentes al resto de los balcones VIP para que alrededor de él pudiesen bailar. El chico los dirigió a un balcón cerca del DJ y se retiró.

- ¡Hemos llegado! – entonó Mariella dejando su bolso en el sillón y moviéndose al ritmo de la música.
- ¿Cómo rayos hiciste eso? – le preguntó el al oído tomándola de la cintura bailando al ritmo que ella le marcaba.
- No te preocupes así como entramos podremos salir – Georg la miró con muchas dudas – esto ya esta pagado, ¡membresía! – le dijo con una sonrisa - ¿sorprendido? – y con un fino ladeo de caderas terminó su frase.
- ¡Bastante! – la miró afirmando más el movimiento de cadera que en si la situación.

Así terminaron la primera canción del DJ y se dirigieron a su lugar a degustar un par de copas, la noche se fue en muchas canciones bailadas, muy intensamente. Mariella le daba entrada y Georg seguía cuidadosamente cada movimiento de ella, se acariciaban, se regalaban miradas complacidas, por momentos dejaba de ser roce y entraban en contacto ambos, pero siempre se evitaban besar por muy cerca que estuvieran sus rostros… con el calor del ambiente y lo frío y refrescante de cada trago los hacía limitarse.

2 Alas:

OreoEffeckt dijo...

por que me haces esto!!!!

XD!!

me dejas con tanta dudas ayy, y esa deieu, por que tenia que interrumpir, che twin chillona xD!!
OOiga asté... ya digame que nombre quiere xD


te loveo

shaira beluga dijo...

parny!

bueno bueno... como q perdio un poquitin de fuerzaaaaaaaa tienes redacción de bipolar jajaja un carrusel de emociones...arriba! abajo! arriba!!!!ajjaja

pd.. "doggie" r u kidding !!! tenias q esmerarte mas caray es un nombre muy canino! jajajaj ! sniff

pero bueno tu dale! jajaja XD