Capítulo XX [ Parte 2 ] Al igual que la búsqueda de pistas sobre el asesinato.






Georg Hagen...

  • ¡Georg! – seguro es ella – ¿Georg?
  • ¿Mamí seguro él está bien? – ¡Claro! Ella también se preocupa por mí... ¿qué es muy difícil para ella darse cuenta...?
  • Sí cariño, él sólo está muy dormido... ¡Vamos Georg despierta!
  • ¡No te vayas! – digo de pronto, sintiéndome sobresaltado.
  • ¡Por fin! Georg me metiste un susto, estaba a punto de llamar a una ambulancia.
  • ¿Qué, ambulancia para qué? ¿Dónde está, ella y la niña? – atolondrado por lo que me dice, no entiendo por qué me mira de esa forma.
  • ¿Ella? ¿Cuál niña? Georg, tranquilo respira profundo, y trata de despertar por completo – analizo lo que me dice y presto atención a lo de alrededor.
  • ¡Oh lo siento, Melissa! Sólo fue un sueño.

Después de reaccionar lo necesario y que me diera tiempo suficiente, salimos a desayunar. Poco a poco le fui explicando con detalles lo que había soñado. Fue tan real aquel sufrimiento por algo que, exactamente qué era, no sé, fue un sueño muy complicado y extremadamente triste, pero me ilusionaba cada que volvía a recordar aquella pequeña niña.

  • ¡Niña! – Melissa al parecer bastante emocionada pone firme atención a lo que le he contado.
  • Sí, niña, nadie lo dijo pero su nombre era Raina...
  • Raina Listing Dekker ¡Eh! Suena bien – dice bastante enternecida.
  • En realidad, es... o era Hagen.
  • ¿Hagen?
  • Mi primer apellido es Hagen, Listing sólo es el artístico y el segundo ¡claro!
  • Raina Hagen Dekker, igual suena bien ¿Cómo era ella?
  • Tendría tal vez la edad de Tabatha – al pronunciar su nombre, voltea a mirarme, juguetea con el tenedor que lleva en la mano y se lo muestra a Melissa, quien le dirige una sonrisa – pero a diferencia de ella, Raina tenía un cuerpo muy delgado, larguirucha, ojos verdes y su cabello era dorado, no completamente rubio y además sumamente lacio.
  • Bueno, algo tenía que sacar de Mariella ¿no?
  • Ella no tiene el cabello lacio – extrañado por su respuesta, de mi mente no se aleja la imagen de ambas.
  • ¡Tenía! De niña su cabello fue en extremo lacio, a los 14 su cabello comenzó a cambiar, ya ves que es la rara de la familia...
  • ¡Seguro le dará gusto saber que aún la quieres!

Entre risas seguimos nuestra plática, ésta, sería la última vez del año en que nos veríamos, por la noche ella y Tabatha partían a unas vacaciones en la playa y prometía vernos más seguido para el próximo año. Ahora ella ya tenía un buen trabajo a pesar de que no era para nada necesario, logró acomodarse en un lugar bastante rápido. Me daba gusto por ella. Yo, también tenía ya mis planes, firme y decido a mi regreso de las vacaciones con mis padres y debido a los nuevos compromisos que se tornaban con la banda, dispuesto a olvidarme de los agitados últimos meses del año, mi residencia sería por un largo periodo allá en Hamburg...




Mariella Dekker...

¿Debí suponer que algo así pasaría?

En lo absoluto no, tal vez para mí ya era de lo más normal, pero está no fue una situación normal. Veo la cara de Amélie, que es de burla entera, al menos ella sí se divirtió, mi madre me mira sorprendida y no creé que fuimos capaces de hacer caer a la Abuela en tanto estrés en tan pocos días. Ver como se cierra la puerta tras la Abuela me hace creer que es la perdición. Ver todo tan colorido en el salón me hace pensar en donde comenzó todo... y volverme a preguntar lo que días atrás me hice: ¿Qué de malo sería que todos fuéramos a Noruega?




  • Vi beklager alle disse avbrytelsene1 – se excusaba un hombre de la Guardia Real.
  • Nei, ikke bekymre deg, forstår vi perfekt2 – le contesta Amélie, al ver que me quedo callada y los miro con poco interés.

Supongo, la Abuela los mandaba para advertirme o ponerme sobre aviso sobre cualquiera de mis actitudes, de cualquier modo me sentía subestimada de alguna forma. Aquellos señores nos daban indicaciones para nuestro arribo, argumentaban que por seguridad no pisaríamos la Casa Real en primera estancia como estaba acordado, pasaríamos a una de las casas de resguardo ubicada a menos de un kilometro de lejanía. Después de su corta presentación nos dejaron salir del avión que comenzaba a tornarse gélido por la despresurización. Caminábamos al paso de los Guardias por pasillos muy diferentes a los que en sí, debimos salir. Todos callados y en completo orden.

  • Vi har allerede identifisert bagasjen og vi har det i vår makt3 – se dirige a mi un hombre de la Guardia Real. Nos otorgan el paso a una sala de espera – Du kan ha en matbit. Prosedyrene vi tar flere minutter4 – insistentemente, es a mí a la que se dirigen y no me queda de otra que responderle.
  • Ok. Takk5 – me giro para ver al resto que tienen largas caras de confusión – Que dicen que pueden tomar lo que sea, tardarán aún más...
  • Deres Hoyhet6 – otro más de esos hombres pide mi atención llamándome “Alteza” y escucho las repentinas risas de Amélie y Ela. Giro con lentitud el rostro y se callan inmediatamente que las veo – Vi trenger pass og juridiske papirer av hver.7
  • ¡Chicos! Ellos necesitan los pasaportes...
  • ¡Pasaportes! ¿Pasaportes? Los... los... ¡Los pasaportes! – dicen todos atropelladamente y poco a poco les son recogidos a cada uno. Nos dejan a solas relativamente con un sólo guardia y bastante cohibidos poco se mueven de su lugar y puedo escuchar a uno que otro secretearse en su idioma materno.
  • ¿La Guardia Real? ¿Qué aquí no hay policías? – a murmullos escucho al Clan Castella.
  • Relájense tampoco es para tanto – Egan sentado lo más placido les dice.
  • ¿No es para tanto Egan? Son unos fascistas, creen que el autoritarismo está aún de moda que clase de gobierno represivo tienen en este país para tratarnos así – Deieu y sus argumentos socialistas y liberales han dado rienda suelta.
  • Deieu, trangquilízatu, ellos nu pueden hacegnos nadá – Chris parece hablarle desde su nivel profesional como abogado.
  • ¡Sí ya, os mirad! El francés ya habló. No os harán nada – Egan confiado y libre de estrés deja que el resto se consuma en nervios – no habéis hecho nada... – se queda callado y mira a todos de forma culposa y analizadora – o a caso, alguien tenéis que confesad algo, que sois buen momento ¡eh!
  • Denne gutten er dum8 – mi hermana con la cara entumida de risa me hace saber lo que piensa de Egan.
  • ¡Coño! Pues más les vale a estos tíos que no nos hagan nada o llamaré a los altos contactos de mi Padre – Deieu sigue en su discurso proclamador de libertad.
  • Sí maja, yo te apoyo en todo – Kin levanta el puño en señal de victoria y ya los imaginaba armando un movimiento revolucionario en el aeropuerto.
  • Dette blir veldig morsomt!9 – Amélie no deja de mirarlos – me debes 50 € Carlo – con un tonito burlón le notifica.
  • ¡APOSTARON! – Ela le grita a ese par – ¡Mariella has algo! – me mira furiosa pero tengo los nervios de punta que no puedo hacer ni decir nada.
  • De hecho le propuse el equivalente a Libras Esterlinas pero no quiso...
  • Amélie cállate – le doy un codazo para que deje en paz la situación y a Ela no le termine dando una aneurisma – la vas a matar...
  • ¿Matar? – Egan parece escuchar mis palabras.
  • ¡Ahhh no! Os quieren matarnos pues que se creen esos con estos cabrones ahora os queréis matar – la mecha la encienden para Deieu y sin razón.
  • ¡No! Egan no digas... – trato de explicarle.
  • Déjalos, déjalos – me pide Amélie a manotazos – quiero ver hasta dónde llega su paranoia por tu culpa – Carlo aprovechado que Ela no mira, mueve la cabeza en afirmación como desquiciado – y qué piensas hacer Deieu – le dice para impulsarla a hablar nuevamente. Trato de decir algo pero me abraza y tapa la boca para que no diga nada.
  • Llamaré a mi Padre. ¡Gabrielle! Marcáis ahora mismo.
  • ¡Ay sí! – Ehsan con una sonrisa burlona se dirige a Deieu – y qué es tu Papá.
  • ¡Y yo por qué! Marcadle tú – repica Gabrielle.
  • ¡Zapatero! – mientras hurga en su bolso, Kin le responde y todos ahí se quedan perplejos mientras ella se dirige al cuarto de baño.
  • ¿Zapatero? – enuncia con dificultad Chris – Dicés que Zagpateo es tu Pagdreu. Pregsidentu de Espagna...
  • ¿Presiente? – dicen Ehsan, Jean Paul y François.
  • ¿Qué tu padre no trabajaba para diseñadores de alta costura? – más que confundido Jean Paul trata de poner orden.
  • ¡Te dije que esto se pondría genial! Míralos ninguno se entiende – Amélie pasa de la risa a... más risa.
  • Ahá, eso – dice Deieu carrereando a Gabrielle – de qué presidente habláis ustedes tíos.
  • Del Zapatero – le dice Egan mordisqueando las galletas que encontró a su paso por una de las mesas.
  • ¿Mi Padre? – dice Kin sentándose cerca de Egan.
  • ¿El presigdentu? – vuelve a preguntar Chris.
  • No, sois gerente del departamento de Imagen y Diseño – arrebatándole la galleta que está a punto de entrar a la boca de Egan se apresura a responderle Kin, que se percata de las miradas inusuales; mientras Egan refunfuña por el acto de ella.
  • Olvídalo francesito no hablan del Presidente – Ehsan sentado al borde del respaldo de una silla parece que comprendió que nadie habla de algo en concreto.
  • Yo digo que ha sido la culpa de Gabrielle, ella siempre os metía en problemas – Kin toma delicadamente su vaso de soda y sorbe del pequeño popote.
  • ¿A sí? Pues al menos yo no hice eso de... – a berrinche suelta Gabrielle.
  • ¡La vez que atropellaste al panadero! –Deieu a completa.
  • Ese no fue un panadero, fue un lechero. ¡Además por qué saléis con bici a esa hora! Habéis salido de la nada, ¿A quién se le ocurre? Y ¡Él me chocó!
  • ¿La vez que os has estrellado contra el tranvía? – en tono acusador es Deieu la que suelta ideas.
  • ¡Ahhh no, esa, no habéis sido mi culpa! – Kin busca alguna justificación para todo lo que le dicen – Esa sí de verdad no habéis sido mi culpa.
  • ¡Ay! Sí ya sabias por qué lo hiciste, si te estoy diciendo... ¡Ah y todavía te lo dijo Amélie! ¿Cómo te atreves? – Ela a un costado mío me recita un mil de cosas, sí, está muy enojada y Amélie ya la puso al tanto de lo que ocurre exactamente – Aún así, te expusiste. Nada más estás jugando, estás jugando con todos nosotros – evito hacerle mal gesto y me fijo en toda la sarta de locuras que sueltan por nervios mis amigos.
  • ¡Ay pero tampoco es para tanto! – la voz de Egan se cuela a mis oídos – Dile que no se altere, tampoco es... a lo mejor problemas de papeles ¿A quién se le ocurre traer tanto perro de viaje? ¡Cálmenla! – aquello, fue justamente para lo irritable que estaba Ela.
  • ¿Pero cómo? – se queja Deieu – Seguro te has puesto a fumar en París.
  • ¡En París se puede fumar Deieu! – y algo comienzo a no entender, al caso, Las Castella son así y no me debería sorprender.
  • ¿Se puede fumar? – Kin con la vista al cielo suelta muy bajito.
  • ¿Seguro no atropellaste a nadie en tu camino? – François alza la voz y se dirige a Kin.
  • ¡Ostias tío! Iba en un avión...
  • Bueno, pero en países previos, no sé... los accidentes pasan...
  • Gabrielle, segura que no hiciste eso... – Kin cambia de acusaciones.
  • ¡Ay no! No sean así, ni que fuera yo qué, sería incapaz de hacer algo así... el hecho de que lo haya hecho dos o tres veces, no quiere decir... que lo volvería a hacer ¡menos si voy arriba de un avión!
  • Olvidaste las llaves el día de la graduación – Deieu me mira a mí y me sorprende todo el material acusador que posee para todos, tanto era su estrés de no saber por qué estaban ahí que cosas sin sentido se decían.
  • ¡Esa habéis sido yo! – con pesar acepta Kin – y de todas formas estuvo divertido.
  • Tuvimos que salirnos a media fiesta – dice Carlo y Ela enseguida le da un codazo para que deje de ser participe – sin contar que nos tuvimos que regresar a pie.
  • ¡Carlo! – le grita Ela.
  • Ya amor, ya amor, no pasa nada... – temeroso él la acaricia por el cabello y da pequeño besos en la mejilla.
  • Seguros que el niño italiano no tiene nada que ver nada con La Cosa Nostra – Jean Paul al ver los ánimos, se hace incluir en la plática.
  • ¡Oh! A mí no me metan – se queja Eshan – quién nos asegura que tu novio no se trajo más zapatos de los que debía, de España...
  • ¡Seguro eres el cabecilla de tráfico de armas! ¿Qué rango tienes? ¿Caporegime? ¿Consigliere? ¿Sottocapo? – Egan al parecer sabe mucho de mafias y acusa al pobre niño que sólo come un pedazo de flan y corta el traslado de la cucharita del plato a su boca al escuchar tal incoherencia y le hace mal gesto.

¿En qué momento eso se volvió una batalla campal de quién sabe qué tanta tontería? Perdida entre más de un millón de pensamientos a la vez me doy cuenta de un abrupto silencio de nuevo justo cuando tengo a un grandote de los de La Guardia Real frente a mí. Me explica que han obtenido con éxito todas y cada una de las maletas de los chicos, nuestros canes ya también están bajo resguardo debido, por lo menos eficazmente hacían su labor. La magnífica hora de partir era, y por otro pasillo salíamos en caravana.

  • No podemos simplemente salir como gente normal sin llamar tanto la atención – a mi lado va Amélie y con paso más aprisa va Ela y Carlo que me voltean a ver.
  • Tú te lo buscaste – me hace énfasis mi pequeña hermana. Una vez cruzando el umbral de la puerta todo se convirtió en gritos... y más gritos. No me entraba en la cabeza cómo es que yo sin haber pisado aquel país en más de 15 años, los desconocidos y hambrientos amarillistas se portaran de esa forma.
  • Aún no correlaciono que tenéis que ver la Realeza – dice Egan unos pasos tras de mí – vean cuantos camarógrafos hay aquí ¡Me siento importante! No espera ¡Soy importante!
  • ¡Realeza Noruega, Realeza Noruega a mí me viene valiendo la Realeza Noruega! – espeta Kin.
  • ¡Fotógrafos! Seguro habéis sido tú Gabrielle – le reclama Deieu haciendo caso omiso a lo que dijo Kin – ¡Te dije que os trajeras a los de seguridad!
  • ¿Quiénes se creen? ¿De dónde demonios han salido? ¡Realeza pfff! – vuelve a decir Kin, al perecer nadie se escuchaba lo que el uno al otro se decían y por supuesto Amélie y Carlo escuchando aquello morían de risa.
  • ¡Mira ahí te hablan! – François, aún más despistado le hace mención a Gabrielle – Seguro por ti ha sido tanto embrollo.
  • ¿Cómo es posible que dejaras que se enteraran que venías a Noruega? ¡Seguridad Gabrielle! Para algo os han contratado – Deieu se sigue quejando – Conran, debéis haberle preguntado a Conran. Porque seguro os se enteraron por que alguien les dijo, cuando te vieron en el desfile y mirad todo lo que estáis pasando, por tu culpa os han encerrado.
  • ¡Qué no fue por órdenes de la nobleza! – más atrás Jean Paul parece haber sido el único que ha puesto atención al meollo.
  • ¡Por eso estáis diciendo que a mí la nobleza o realeza me viene valiendo un reverendo cojón! – enfurecida de un momento a otro Kin comienza a decir pura barbaridad.
  • Escucha, los reporteros piden fotos de la Infantas, no de modelos – sorprendida porque Jean Paul pueda entender lo que dicen en medio de la caminata aprisa por el paso en que nos lleva Ela, giro y lo veo rápidamente y delante de mí aún siguen riendo.
  • ¡Nobleza de dónde! ¿Infanta? ¿Por la pinche Infanta que os han encerrado en ese cuarto? Que se sentéis mucho para dejarnos por mucho tiempo encerrados sin decirnos nada... Como se ve que no sois una persona con cerebro... – delante de mi Carlo escucha cada una de las cosas que han dicho y voltea a terminar de burlarse de mí, Ela entre su furia le da un codazo más.
  • Os por eso decid, Kin que aquí la gente parece vivir en el fascismo, ni en Alemania os han tratado tan mal, coño de Realeza sin pensamiento por los derechos e integridad de las personas – Deieu al parecer tiene un gran discurso sobre eso atorado bajo la manga.

Todo lo que dicen es sinceramente fuera de si, en otra situación podría estar tirada de la risa de todo lo que acaban de soltar. Ela por el contrario a pesar de que escucha también, se nota que para nada le hace gracia. Si hablamos de Carlo y Amélie, vaya que ellos si disfrutan de la escena, Ela tiene que fulminarlos con un par de miradas para que paren sus risas, Carlo miedoso la abraza, acaricia y tranquiliza...

  • ¡Mi amor te limpio el aura! – le dice él para apaciguar su furia.
  • Pues limpia la bien porque nada está funcionando... – pocas veces había hecho enojar a Ela, creo que llegando a la casa una sincera disculpa debía ofrecerle – Sí le dije... no puede ser posible. ¡Vámonos rápido!
  • ¡Ya suficiente! – dice Amélie con la respiración agitada, Carlo le hace una señal de apoyo que poco comprendo. Se detiene de golpe con las manos en alto – Señoras y Señores con ustedes, nada más y nada menos que ¡Su alteza Real, Mariella Dekker, Infanta de Noruega! – evidentemente me señala y me presenta ante las atónitas miradas de Kin, Deieu y Gabrielle que son las primeras en frenar su paso y quedarse con una enorme cara de sorpresa por lo que mi hermana les acaba de notificar. Lo único que se escucha son los flashes de los fotógrafos en tono seco...
  • ¡Oigan avisen! – Eshan que viene hasta atrás asoma la cabeza y me percato de cómo se fue reduciendo el espacio entre ellos hasta que sus cuerpos colisionaron, amontonados Kin, Gabrielle, Deieu, Egan, François, Chris, Jean Paul y éste distraído, no tiene ni la más remota idea de lo que ha pasado. Las tres primeras me miran con asombro – ¿Qué pasó? ¡Avisen que se van a detener!




₪ Qué se dicen en noruego:
  1. Vi beklager alle disse avbrytelsene. = Le pedimos disculpas por todas estas interrupciones.
  2. Nei, ikke bekymre deg, forstår vi perfekt. = No, no se preocupe, nosotros entendemos perfectamente.
  3. Vi har allerede identifisert bagasjen og vi har det i vår makt. = Ya hemos identificado el equipaje y lo tenemos en nuestro poder.
  4. Du kan ha en matbit. Prosedyrene vi tar flere minutter. = Puede tomar un tentempié. Los procedimientos tomarán varios minutos.
  5. Ok. Takk. = Muy bien. Gracias.
  6. Deres Hoyhet. = Su Alteza.
  7. Vi trenger pass og juridiske papirer av hver. = Necesitamos los pasaportes y documentos legales de cada uno.
  8. Denne gutten er dum. = Este chico es tonto.
  9. Dette blir veldig morsomt! = ¡Esto es muy divertido!





4 Alas:

OreoEffeckt dijo...

hahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahahaha

NO ME MAMES

HAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA



Lo mejor es que me reí como PENDEJA, y ah me dio tanta risa! xD

¿sabes que se lleva el premio?

"¡Mi amor te limpio el aura!"

buenisimo!!!

Anónimo dijo...

No la verdad se lleva las Palmas Deiu y todo su discurso socialista!!! y como una psicologa nos salio tan defensora y etcc..?
¿Zapatero de España? ¡El Presidente!
jajajaj

Harlu dijo...

XD!

¡Maja!

Esa palabra estuvo buenísima, oficialmente me encanta. Yo amo a Kin y Dieu por sus discursos liberalistas contra la guardia fascista noruega. XD Simplemente me recuerdan tanto a una personita que conozco :P Hahaha

¡Y el flan! XD Hahaha

Hilarante el capítulo.

P.D. Lo de la "Pinche Infanta" fue absolutamente bueno XD

shaira beluga dijo...

jajajjajajaja ya hacian falta este tipo de capitulos jajajajaj no mancheeeeeeeeeees ! coincido... eso de Zapatero fue la neta!!!! jajajaj sin contar con las frases pícaras de Kin y los "cojones " jajaja muy bueeeeeeeno..

Los múltiples accidentes de Kin XD...ay no me rei mucho

Carlo es un amor...cuidandole su Aura a Ela XD ajjajajajajjaaj

Muy bueno parny!!! XD ñ_ñ